Recibe criminal golpiza

Un triste arribo a la mayoría de edad tuvo la joven Fabiola, cuando su pareja sentimental la agredió con claras intenciones de acabar con su vida a solo dos días de haber cumplido los 18 años.

El hombre la golpeó, la despojó de sus ropas y la llevó a tirar hacia las vías del ferrocarril, frente al hotel Venezia por la carretera Ribereña.

Su progenitora, como toda madre de familia, al darse cuenta del hecho buscó a la jovencita y no descansó hasta dar con su paradero.

Luego, madre e hija, tendrían que enfrentarse a los problemas derivados de la especialidad de las funciones de cada fiscalía y a la escasa información que se tiene de ellas.

Primero acudieron a la sede de Seguridad Pública, donde opera la Policía Estatal Acreditable, iban con intención de presentar la denuncia y a exigir que detuvieran al tal Arturo, autor del brutal atentado.

Pero ahí le hicieron saber que como en el caso ya no había flagrancia, tendría que ir ante el Ministerio Público para denunciar y de ahí procederían a citar al sujeto.

Pero la mandaron hasta el Centro Integral de Justicia a presentar la denuncia. A como pudieron llegaron a Puerta del Sol, no llevaban dinero, ni para la pesera, tampoco traían los documentos que les exigen para presentar la denuncia.

Para colmo, de ahí las mandaron hasta la fiscalía creada exclusivamente para brindarle atención a la Mujer, que se ubica en la colonia Beatty.

Desesperada la madre de Fabiola N, salió del edificio un tanto decepcionada y casi a punto de llorar de coraje, frustración y preocupación por ver a su hija quejándose de los fuertes dolores, pues la joven traía cerrados ambos ojos por las hematomas producto de la golpiza. Se dolía de lesiones en tórax.

“Vámonos, mamá; aquí no nos van a hacer caso. Me duele mucho”, gritaba al tiempo que se quejaba.

Ya para retirarse, se encontraron con alguien que le hizo saber que ahí, aun cuando no fuese la fiscalía especializada estaban obligados a atenderla y posteriormente enviar la incompetencia a la fiscalía que correspondía a fin de no hacerle echar vueltas y atenderla en el momento, viendo que carecían de transporte y dinero.

Y…, ahí se quedaron esperando que las autoridades procedieran antes de que el tal Arturo y la esposa de éste, cumplieran sus amenazas de “desaparecerla”, si se atrevía a exponer la denuncia por la golpiza.

 Hinchada. El sujeto la golpeó y fue a tirarla sobre las vías.

Llanto. Triste arribo a la mayoría de edad.