Rana en cautiverio, opción nutritiva que crece en Jalisco
La especie que cultivan es la rana toro, que es originaria de Estados Unidos, con cruce de una que se da en Brasil
Atotonilco El Alto, Jal.- En el estado de Jalisco se consume la rana toro y la cooperativa La Violeta es una de las 18 empresas que la producen con expectativas de crecimiento ante el aumento de la demanda de esta carne blanca, hipoalergénica y libre de colesterol.
La cooperativista Lucía Navarro afirmó que bajo la capacitación, supervisión y vigilancia en sanidad por parte de expertos de la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder), han logrado hacer un negocio redituable que mantiene a nueve familias con una producción de más de 12 mil ranas al año.
También, en entrevista con Notimex, Evangelina Contreras, otra de las nueve integrantes de La Violeta y encargada de la reproducción, explicó que el proceso de crecimiento del batracio es de siete meses aproximadamente.
“Como ajolotito tarda dos o tres meses y se conserva en estanques de geomembrana en un invernadero y es hasta que se transforma en rana cuando se le lleva al ranero”, detalló.
Explicó que el 25 por ciento de la producción la pierden en los primeros 15 días de la especie, ya convertida en rana, porque se pueden comer entre ellas, que “es en lo que se enseñan a comer el alimento que les damos, incluso algunos no se enseñan y mueren”.
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El macho tiene la barriga amarilla, orejas grandes y canta para conquistar, es decir, en el proceso de apareamiento el que más canta tiene más hembras, quienes son de barriga blanca, precisó.
Contreras refirió que “no tienen monta, la hembra pone huevos y el macho les rocía semen, esperamos 48 horas hasta que se hace el ajolote o larva”, apuntó.
La especie que cultivan es la rana toro, que es originaria de Estados Unidos, con cruce de una que se da en Brasil, pues “es la que nos gusta porque es más gordita y da más carne, entre 300 y 350 gramos cada una; entonces se puede comercializar”, puntualizó.
En cuanto al restaurante, Lucía Navarro indicó que venden alrededor de 200 ranas por semana. “Nuestros clientes vienen por recomendación, nuestra publicidad es de boca en boca, piden más a la diabla y a la mantequilla, pero también vendemos al mojo de ajo, empanizada y zarandeada”, dijo.
Venden la piel de la rana para fabricar calzado y guantes, mientras que la carne se aprovecha en su totalidad incluyendo las ancas y el hígado.
“Es un alimento muy sabroso, hay gente que de principio no quiere comerla pero cuando la prueba siempre le va a gustar”, aseguró.
La integrante de la cooperativa La Violeta resaltó que la rana en cautiverio es un alimento totalmente sano porque se toman muchas medidas de higiene.
“Hay que desinfectar todos los días, son susceptibles a las infecciones porque respiran por la piel, una hembra pone unos seis mil huevos y hay que cuidarlos”, dijo.
Por su parte, Rubén Medina Ruiz, extensionista de acuacultura de la Seder, mencionó que actualmente Jalisco cuenta con 18 granjas dedicadas a la ranicultura con una producción superior a las 20 toneladas anuales.
Sin embargo, subrayó que prevén duplicar esta cifra para 2016 por la creciente demanda de la carne de rana.
Señaló que en lo que va del año han exportado una tonelada y media de carne de rana a Estados Unidos y Asia, y “estamos organizando el sistema producto rana para que haya más interesados en invertir en este negocio que es muy redituable”.
Medina Ruiz admitió que hay exigencias técnicas ineludibles para hacer rentable la ranicultura.
Entre ellas, el tamaño de las instalaciones que requieren espacios cerrados de 300 a 350 metros cuadrados para generar el entorno propicio para la crianza, con condiciones controladas de humedad, temperatura, iluminación y calidad del agua, agregó.
Entre los municipios ranícolas de Jalisco figuran Yahualica de González Gallo, Zapotlanejo, Atotonilco el Alto, Zapopan, Jalostotitlán y La Barca.