Puerto de Brownsville apuntala al desarrollo

Brownsville, TX. 

Ochenta y cuatro años de vida dan cuenta de invaluables anécdotas, mucho trabajo, alegrías y decepciones. El 16 de mayo, el puerto de Brownsville celebró su 84 aniversario.

Pocos podrían haber imaginado en 1936 la trascendencia y la prosperidad económica que la visión de Louis Cobolini tendría en la región del Valle del Río Grande.

Cobolini, un inmigrante italiano que fijó su vista en el potencial del puerto, el canal de navegación de 17 millas de largo en Brownsville que ha dado la bienvenida a viajeros y negocios extranjeros a sus costas.

VISION

Ubicado en el extremo sur de Texas y cerca México, las posibilidades de comercio internacional eran tan ricas como el suelo del Valle del Río Grande.

En los primeros años del puerto, las exportaciones agrícolas trajeron cítricos de los campos locales y enviaron algodón de Texas a través de los mares oceánicos.

Casi un año después de la apertura inicial, el carguero británico Antigone hizo un llamado al puerto naciente para transportar 4 mil toneladas de chatarra de metal de la compañía Brownsville Iron and Metal y enviarla a Japón. El Antigone fue el primer buque con bandera británica en visitar el puerto de Brownsville.

Desde entonces, el puerto se ha establecido como la principal ubicación de reciclaje de chatarra en los Estados Unidos y es el hogar del principal programa de desmantelamiento de portaaviones de la Marina de los Estados Unidos.

Además de las operaciones de reciclaje de buques, el puerto ha desarrollado una operación versátil de terminal marítima para cargas líquidas y secas. Los productos derivados del petróleo, los materiales a granel de acero, agregados, minerales y componentes de molinos de viento son algunos de los muchos productos que se manejan aquí actualmente.

Descarga de envío de papas, foto de 1940.