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Prohibido rendirse como madre y atleta

El amor y el esfuerzo son los ejes que rigen a Jane Valencia como madre y atleta

Prohibido rendirse como madre y atleta

GUADALAJARA, Jalisco 

La luchadora jalisciense, primera mexicana en clasificar a unos Juegos Olímpicos, combina sus tiempos para criar a su hija Joy, entrenar y disfrutar su matrimonio.

Joy llegó a la vida de Jane hace 2 años y medio, luego de dejar pasar un tiempo tras su intento fallido por llegar a los Juegos Olímpicos de Río 2016.

“Cuando me enteré que estaba embarazada lo primero que me dio fue muchísimo miedo de contárselo a mi entrenador, qué me iba a decir y el miedo de si voy a volver a entrenar, no voy a volver a luchar, qué va a pasar con mi vida deportiva”, recordó Jane con CANCHA.

Y no sólo retomó su carrera deportiva, sino que este año alcanzó la plaza olímpica en los 57 kilogramos a Tokio 2020, a celebrarse el próximo año.

“Fue un proceso muy bonito porque me fui descubriendo de otra forma, ya como mamá y no como la protagonista de la historia, conocí un amor de verdad, incondicional, tanto de mi hija hacia mí y yo hacia mi hija”, comentó.

“Subestime demasiado la maternidad y la lactancia, pensé que sería más fácil por cómo mi mamá nos crió y nos cuidó, éramos 3 y mi mamá nos cuidaba, trabajaba, limpiaba la casa, hacia de comer, estudió la escuela nocturna al mismo tiempo. Pensé que era más fácil y ya vi que no, sólo tengo una hija y me vuelvo loca a veces”.

El embarazo y la maternidad le han dado un sinfín de lecciones a la luchadora.

“Lo mejor (de ser mamá) es que no tienes tiempo de deprimirte o pensar que hoy no te quieres levantar, porque hay alguien que ya se levantó primero que tú, que ya tiene hambre, que quiere jugar, que quiere explorar, ya hay alguien pisando tus pasos y tienes que dar el mejor ejemplo.

“Me maravilla ver cómo va aprendiendo las cosas de la vida, a sentir emociones, los berrinches, a ir al baño sola, a que tiene hambre de verdad, los sabores, maravillarse de cómo un ser humano se va definiendo poco a poco”, destacó.

La tapatía logró su plaza olímpica en marzo pasado y uno de los momentos más simbólicos del clasificatorio fue cuando subió al podio en Ottawa, Canadá, y recibió la medalla de oro cargando a su hija.

“Será un buen recuerdo para ella de lo que su mamá pudo hacer, del amor que le tengo y que la llevo presente en todo lo que he hecho y logrado, que eso le sirva a ella de motivación, de fortaleza o de seguridad que ella puede lograr lo que necesita”, afirmó Valencia, quien el año pasado se graduó como médica cirujana y partera.



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