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Priva indulgencia estudiantil

Las pocas pruebas que hay son menos difíciles y más cortas… y si no quieren no las deben hacer

Dallas, Tx.

Jay Wamsted, que es maestro de matemática de 8vo grado, le permitió a su hija Kira no someterse a exámenes en la escuela este año.Priva indulgencia estudiantil

Con una nueva flexibilidad de parte del gobierno del presidente Joe Biden, los estados están adoptando una mezcolanza de planes de evaluación que buscan reducir el estrés de las pruebas al tiempo que capturan algunos datos sobre el aprendizaje de los estudiantes. Ese enfoque indulgente significa que grandes números de estudiantes no serán examinados, destrozando las esperanzas de saber cuánto se retrasó el aprendizaje durante la pandemia.

“Vamos a terminar con una colección de datos sumamente imperfecta”, dijo Robin Lake, directora del Center on Reinventing Public Education (Centro para la reinvención de la educación pública) en la Universidad de Washington. “Eso es algo que nuestro país tendrá que dedicarse a monitorear y aprender por al menos los próximos años, quizás la próxima década”.

Algunos de los mayores distritos escolares de la nación planean examinar a solamente una fracción de sus estudiantes, pues muchos siguen tomando clases a distancia. En la ciudad de Nueva York, los estudiantes deberán registrarse para ser examinados este año. En Los Ángeles, en cambio, a la mayoría de los estudiantes no se les ha pedido que se examinen este año. Otros distritos están reduciendo la cantidad de preguntas o realizando exámenes en menos asignaturas.

Es el episodio más reciente en una larga batalla sobre los exámenes escolares y, al igual que en ocasiones pasadas, los padres están polarizados. Algunos demandan exámenes para tener una idea del avance escolar de sus hijos. Otros no ven necesidad de que sus hijos sufran ese estrés.

Como maestro, Jay Wamsted cree que los exámenes son valiosos, pero cuando su hija de sexto grado, Kira, le pidió no examinarse este año, él no vio razón para oponerse. Él ya sabe que ella necesita ponerse al día en Matemáticas luego de meses de aprendizaje a distancia. Y como maestro en la escuela de Kira, sabía que muchos otros estudiantes habían optado por no hacer exámenes, socavando el valor de los resultados.

“Sé que ella se ha retrasado un poco, así que no necesito esa información”, dijo Wamsted, quien vive en Smyrna, Georgia. “Tomarse un mes para colectar datos no va a significar nada para ninguno de los maestros el año próximo. Me parece una pérdida de tiempo”.

Abby Norman encontró a su hija de tercer grado llorando la mañana en que iban a comenzar los exámenes en su escuela cerca de Atlanta. Priscilla, de 9 años, acababa de regresar a las aulas tras tomar a clases vía remota y temía no estar preparada.

“Ella estaba tan nerviosa por el examen que ya no me importa, no es importante para mí”, dijo Norman. “Literalmente le dije: ‘Si sólo quieres lamer el examen y entregarlo, hazlo’”.

Con esa confianza, Abby aceptó tomar el examen y consiguió resultados excelentes, dijo su mamá. Aun así, Norman resiente que los estudiantes hayan sido colocados en esa situación.



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