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Peter, el delfín que se suicidó tras perder el amor de una mujer

La maestra de inglés Margaret Howe convivió día y noche, durante diez semanas, con el animal con el proposito de que aprendiera algunas palabras, pero el delfín murió de 'desamor' cuando lo separaron de su tutora
  • Por: Estados Unidos
  • 21 / Octubre / 2014 - 06:53 p.m.
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En 1965 el neurólogo John C. Lilly, comenzó un experimento científico enlas Islas Vírgenes, pretendía demostrar que los delfines eran capacesde aprender a hablar en inglés.

La investigación científica dio un giro bastante extraño cuando "Peter"uno de los delfines que participaba en los experimentos, comenzó ademostrar atracción sexual hacia su maestra de inglés, Margaret Howe.

A los 23 años de edad, fue reclutada para vivir en completo aislamientoal lado de Peter. Su misión sería enseñarle inglés. Margaret y el delfínno se separaron durante diez semanas. Comían, se bañaban, jugaban yhasta dormían juntos.

Margaret y Peter vivían en una casa construida especialmente para laconvivencia humano-mamífero acuático; el suelo estaba cubierto con aguahasta una altura de 22 centímetros para que Peter pudiera nadar portodos lados. Los muebles permanecían suspendidos del techo o colgados enla pared. Como el escritorio donde Margaret hacía sus anotaciones sobreel progreso del experimento.

El experimento fue relativamente exitoso, Peter logró aproximar su lenguaje al humano y emitir sonidos parecidos a palabras en inglés como: "ball", "one", "we","triangle" y "hello". Eventualmente, Margaret también aprendió un pocodel lenguaje del delfín.

Durante el experimento, Peter alcanzó la madurez sexual y comenzó amanifestar atracción hacia Margaret, la relación maestra-alumno, prontodaría un giro.

Un documental presentado por la BBC cuentacomo fue la experiencia y revelan las notas que Margaret apuntaba en sudiario para registrar los progresos del animal. La joven cuenta que"Peter es un ser enérgico y un poco frio. Llevo una escoba de mangolargo para rechazarlo aunque no siempre es necesario. Duerme siempre allado de mi cama".

"Él siempre tiene hambre y por lo general me despierta temprano para quele dé de comer", cuenta Margaret, "se está volviendo un poco travieso,cuando contesto al teléfono se enfada y grita".

En la cuarta semana de convivencia, Margaret asegura que el animal se excita sexualmente varias veces a la semana.

"Me parece que sus deseos están obstaculizando nuestra relación. Nada encírculos a mi alrededor, choca una y otra vez con mis piernas y nopuede controlar su actitud hacia mí. Hace algo similar al cortejo, memuestra su abdomen y su área genital para que le acaricie, es su manerade hacerme participar en algún tipo de juego sexual".

Margaret confesó también que al principio sentía raro, pero que con eltiempo comenzó a disfrutar del cortejo del animal y las caricias que lehacía.

Ahora, Margaret acepta que si bien respondió al cortejo de Peter, nuncafue literalmente sexual, al menos de su parte. "Fue algo sexual paraPeter, de mi parte no hubo nadasexual, tal vez 'sensual'", explica lamujer.

La maestra de inglés recuerda esos días como un maravilloso encuentro con la naturaleza.

Finalmente, el experimento terminó y el laboratorio cerró, así queMargaret y Peter fueron separados. Margaret siguió adelante con su vida,sin embargo Peter no supero el fin de la relación.

Cuando regresaron a Peter al estanque de Miami, Florida, de donde lohabían sacado, el delfín se suicidó negándose a respirar. Trágicamente,Peter murió de amor; los expertos indican que se debió a la depresióntras separarse de Margaret.                                                                                                      

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