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Permite sequía rehabilitar o ampliar los abrevaderos. Están secos por la ausencia de lluvias

Aprovechan quienes tienen posibilidades económicas

Díaz Ordaz, Tam.- Si bien es cierto que la sequía está causando estragos en el sector ganadero de la región, principalmente entre los de bajos ingresos que carecen de recursos para alimentar y darles de beber a sus animales, como lo necesitan en esta temporada del año, cuando menos pueden realizar una labor, aprovechando la ausencia de reservas de agua.

CONSTRUYEN. Aprovechando que están secas, algunas ganaderos están desazolvando sus presas.Permite sequía rehabilitar o ampliar los abrevaderos. Están secos por la ausencia de lluvias

Algunos ganaderos de la región que tienen sus presas azolvadas -los que tienen la capacidad económica-, están llevando a cabo labores de ampliación o rehabilitación de sus presas, para que cuando vuelvan a registrarse lluvia abundantes, puedan tener un mayor almacenamiento de agua.

Ampliar, construir o desazolvar una presa, no es nada barato, pues los propietarios de la maquinaria pesada que se utiliza para llevar a cabo labores en los abrevaderos, cobran alrededor de 2 mil pesos por hora.

Y para desazolvar una presa de tamaño regular, se necesitan de unas 8 horas de trabajo, lo que significa que el ganadero deberá desembolsar unos 16 mil pesos, tan solo para ampliar la capacidad de almacenamiento de un abrevadero.

Esta es otra inversión adicional que tienen que realizar un ganadero, por cuenta propia, es decir, que no recibe un solo centavo como subsidio por parte del gobierno, comentó el Presidente de la Asociación Ganadera General “San Miguel”, Martin García Magdaleno.

Explicó que como la mayoría de las presas de los productores de bajo ingresos están secadas, a diferencia de los ganaderos económicamente fuertes, que tienen los medios para tener agua en sus ranchos todo el año, pueden aprovechar la ocasión para ampliar la capacidad de sus abrevaderos.

Entre más tiempo puedan conservar agua, más tiempo volúmenes tendrán para dar de beber a sus hatos.

García Magdaleno, recordó la última vez que sus presas se recargaron, fue hace aproximadamente un año, cuando se registró una intensa lluvia, que arrastró a las presas desde ramas hasta grandes cantidades de arena,

Esas corrientes atípicas, ocurridas el año pasado, fueron muy benéficas en su momento, pero a la vez, también afectaron a numerosos ganaderos, pues agotarse el preciado recurso, únicamente loes quedaron presas azoladas, con mucho menos capacidad de almacenamiento.

Como ejemplo, el dirigente, citó a una de las presas que están siendo rehabilitadas, a la cual el agua le duraba entre 4 o máximo 5 meses, cuando originalmente los animales tenían líquido suficiente para beber hasta 8 meses.

Entre más amplia sea la presa, es mejor para el productor y los animales, pues podrá aprovechar mucho más, los escurrimientos que las lluvias generen.

Empero, para que el agua dure más tiempo, es decir, para evitar pérdidas por filtraciones, que pueden vaciar un abrevadero en pocas semanas, es fundamental que la presa se construya en un terreno adecuado, de suelo y paredes impermeables, preferentemente de material barroso, explicó García Magdaleno, quien consideró que entre más tiempo dure el agua en una presa, los animales tendrán más oportunidad de sobrevivir, pues aunque tengan comida, las reses no pueden mantenerse con vida sin beber agua.

Para aprovechas al máximo las lluvias, es importante que la presa se construya en un área, en donde se formen los mayores escurrimientos que conduzcan el agua hacia las áreas más bajas.

“La calidad del suelo, debe ser la mejor, que no esté en tierra suelta, que es fácilmente arrastrada por el agua y sólo genera filtraciones, en donde haya barro, es el mejor sitio para levantar una presa, porque de esa manera se aprovecharan mejor el agua, y las reservas durarán más tiempo, brindándoles mayores oportunidades a nuestros hatos”, externó Martín García.

Construir una presa, resulta bastante caro, sobre todo, porque el productor no tienen ningún apoyo por parte del gobierno, pero sin agua no hay vida, y eso es lo primero que debe de asegurarse, cuando se tiene pensado crear un rancho ganadero.

Si bien es cierto que en éste año, al menos para el área ganadera de la región, las lluvias no han sido las esperadas, el productor no debe bajar la guardia, por el contrario, debe prepararse para aprovechar al máximo las precipitaciones pluviales, cada vez que se registren, porque en ésta zona del país, “nunca se sabe cuándo volverá a llover”.

La falta de agua en sus abrevaderos y la ausencia de lluvias, se han conjugado para que muchos ganaderos en pequeño, estén afrontando graves problemas para mantener vivos y con el peso adecuado a sus hatos.

Transportar agua a sus ranchos e invertir dinero adicional en alimentos para mantener a sus animales, les está impactando negativamente en sus bolsillos, y por ahora, no tienen la más mínima esperanza de que el gobierno, vaya a destinar recursos para apoyarlos en la temporada más crítica del año, para esta región semiárida.

Ampliar o construir presas, es una buena alternativa para los ganaderos que tienen el recurso para invertir en esos proyectos, pero nadie garantiza que vayan a registrarse lluvias abundantes en las próximas semanas, de hecho, se habían pronosticado lluvias abundantes para varios días de la semana pasada, y esos vaticinios no se hicieron efectivos.

Para desgracia de los ganaderos de bajos ingresos, ni no se registran lluvias en los próximos días, tendrán que mantener a sus hatos a través de la compra de alimento y acarreo del agua, lo que los obligará a desembolsar un dinero que muchas veces no tienen, y que termina en la mortandad de animales por sede e inanición.

Los apoyos emergentes por parte del gobierno no llegan, como tampoco aterrizaron en su momento, los subsidios tradicionales, lo que mantienen en total incertidumbre e indefensión, a los ganaderos ribereños.

Como siempre a sucedido, los más vulnerables, son los ganaderos del sector social del campo, como se les llama a los de origen campesino, pues son los ejidatarios los que tienen menos extensiones de tierra, las áreas más difíciles para crear y alimentar al ganado, menos terreno para construir presas, y lo más importantes y grave a la vez, una aguda limitación de recursos, que les permitan atender las emergencias en sus ranchos, para evitar la mortandad de animales, una película que en varias ocasiones, han protagonizado, cuando la sequía es muy severa.





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