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Periodistas ‘bajo fuego’; van 3 ejecutados en 2022

Cadena de concentraciones en México contra el asesinato de reporteros; una veintena de estados y más de 30 ciudades participarán hoy en la protesta

Como si se tratara de un país en guerra. Así cuenta México los periodistas asesinados, nueve el año pasado y otros tres cuando apenas comienza a andar 2022. La insoportable cadencia de reporteros muertos llama de nuevo a la lucha en la calle y este martes, una concentración a las ocho de la tarde frente a la Secretaría de Gobernación, y otras en diferentes Estados, recordarán al gobierno que la libertad informativa está gravemente amenazada en este país. José Luis Gamboa fue apuñalado el 10 de enero en Veracruz; Margarito Martínez calló abatido a balazos siete días después en Tijuana; este domingo, también en Tijuana y también a tiros, fue asesinada Lourdes Maldonado, que tuvo ocasión de contar al presidente del gobierno en una de las mañaneras que temía por su vida. Silenciados o asesinados, así es la vida de muchos periodistas en México, siempre con el mismo patrón: suelen ser profesionales cuyas informaciones resultan incómodas al poder o al crimen organizado, que en ocasiones entremezclan sus intereses. Por si fuera poco, los últimos tres años de mandato de Andrés Manuel López Obrador, las relaciones con los medios de comunicación han sido tensas.

Periodistas ‘bajo fuego’; van 3 ejecutados en 2022

Ciudad de México ha sido tradicionalmente un refugio para los reporteros amenazados. “Quizá porque es donde están los poderes y porque todo tiene más repercusión, de tal forma que el coste político es mayor y hay más respeto por los periodistas”, dice Alejandro Meléndez, de Fotorreporteros MX, un colectivo de fotógrafos unidos en esta causa. Pero todo cambió cuando mataron a Rubén Espinosa en la ciudad, en la colonia Narvarte, junto a otras personas que vivían o trabajaban en su edificio. Fue en 2015 y hubo una marcha de protesta que no se repetía hasta ahora, aunque ha habido movilizaciones puntuales en los Estados. A pesar de todo, la capital sigue siendo un territorio pacífico comparado con lo que se vive en Veracruz, por ejemplo, o en Estados del norte. “En Tamaulipas hay zonas de silencio, donde no se informa o solo se informa ya de cultura, espectáculos, alguna nota social. Los medios ya no reportan balaceras, ni cadáveres, ni siquiera en las redes sociales, el silencio es total”, dice Meléndez. Hay miedo, un temor que vienen avalado por las estadísticas. Cientos de agresiones y al final, las balas.

Que la profesión periodística sea una de las más amenazadas no es casualidad. Ellos representan la libertad de expresión y lo que cuentan no interesa a muchos que sea contado. “Solo hay que fijarse en el modo de operar, casi siempre hay políticos detrás de estas muertes, y las últimas informaciones de estos reporteros eran incómodas, desvelaban datos o formas de actuar que no quieren que se cuenten”, afirma Mélendez. A todo ello hay que sumar una impunidad que es común al 95% de los crímenes en México. Nunca pasa nada. “En el caso de Rubén Espinosa hemos visto como iban quitando a los funcionarios en la Fiscalía cuando avanzaba la investigación para dilatar el proceso, empezar desde cero. Son las clásicas prácticas dilatorias”, añade Meléndez, miembro de Periodistas Unidos.

Este martes, en Gobernación le pedirán a Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, que estos crímenes no queden impunes, que se investiguen, que se tenga en cuenta el derecho de la ciudadanía a estar informada. Que paren los asesinatos de periodistas. “Esperábamos y esperamos algo distinto de este Gobierno. Deben reforzar los mecanismos de protección y las fiscalías tienen que tomar cartas en el asunto. Lo que está sucediendo es terrible”, sigue Meléndez, uno de los organizadores de la concentración.

VAN 138 MUERTOS EN TRES DÉCADAS

 Las protestas de este martes exigirán a los gobiernos que critiquen menos y hagan más. 

 Que no pongan a los periodistas en la diana y protejan sus vidas. 

 138 han muerto en las últimas tres décadas. Como si el país estuviera en guerra.

 La relación del gobierno con los medios de comunicación ha sido ríspida en estos primeros tres años del sexenio de Morena. 

 El presidente Andrés Manuel López Obrador acostumbra a señalar a los medios y a los periodistas con nombre y apellido en sus mañaneras, lo que ha ocasionado más de un disgusto. 

 Algunos se quejaron de que recibían amenazas después de ser criticados en las conferencias matutinas.



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