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Paridad peso-dólar

Después de la semana de jauja, en que el dólar se cotizó a menos de 18 pesos gracias a la inyección de divisas del Banco de México

Después de la semana de jauja, en que el dólar se cotizó a menos de 18 pesos gracias a la inyección de divisas del Banco de México, ayer el billete verde subió 10 centavos con respecto de su cotización oficial previa. En ventanilla bancaria, el cuero de rana cotizó en 18.30 unidades por dólar, cifra mayor respecto al cierre del pasado viernes de 18.20, y no hay evidencias de que vuelva a bajar, cuando menos a corto plazo. Malos augurios.    

Una de las malas noticias relacionadas con la baja del peso la dio Petróleos Mexicanos,

Paridad peso-dólar

empresa productiva del Estado que ayer anunció que el crudo mexicano de exportación retrocedió 19 centavos respecto a su cierre del viernes, quedando en 40.66 dólares por barril, siguiendo las tendencias mundiales, pues el WTI se redujo 1.20 por ciento, al venderse en 44.20 dólares por barril, el Brent perdió 0.97 por ciento y quedó en 46.91 dólares. Según los observadores más avezados, hay una enormes sobreoferta de crudo.

No obstante que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y el gobierno ruso han hecho importantes recortes a su producción desde enero, el mercado sigue muy saturado y el almacenamiento de petróleo en todo el mundo sigue siendo superavitario. Naciones como Nigeria y Libia, que están urgidas de recursos por los problemas que vienen padeciendo, han señalado que recurrirán a sus reservas para tratar de aliviarlos. Libia anunció que liberará 160,000 barriles por día de producción, que se ha detenido durante casi dos años debido a la agria disputa con una compañía energética alemana.

Pero, no todo se debe a los movimientos externos, la devaluación del peso está ligada a las malas decisiones de política económica que se han tomado al interior, creyendo que todo el monte era de orégano. La enorme deuda, interna y externa, que gravita sobre las finanzas nacionales y la pésima conducción de las negociaciones en deudas históricas como el Fobaproa, ahora Ipab, que parece crecer en lugar de disminuir y la renuencia a realizar una reforma fiscal integral que amplíe la base tributaria, permitan suprimir la elevada evasión fiscal, baje las tasas impositivas y estimule la inversión productiva, son asignaturas pendientes que la dupla Videgaray Meade no tocan ni con el pensamiento.

El actual gobierno asumió el poder con una paridad peso-dólar de 12.8759, según los reportes históricos de Banamex. Para mayo del 2013, todavía bajo el influjo del Pacto por México, el dólar costaba 12.9384, en mayo del 2014, bajó para cotizarse en 12.846; pero, una vez que pasó el encanto, la divisa se fue hasta los 15.4085 en mayo del 2015.

En el mismo mes del año siguiente, cuando empezó el declive de la confianza de los mexicanos, se fue hasta los 18.4393. El mes pasado, antes de la intervención de Banxico cerró en 18.6268 pesos por dólar. Es evidente que la caída ha sido dramática y seguida.

Hoy tendrá que dar su informe el Banco de México con respecto de la reserva de divisas y ojalá no salga con cuentas mochas atribuyendo su disminución a ‘un extraño enemigo’ como acostumbre hacer don Agustín Carstens, quien ya reconoció que la inflación en el mes de mayo anualizada fue de 6.16 por ciento, muy por encima del 3 que pronosticó. El mismo Banxico reconoce que: “La inflación disminuye el valor real del dinero (billetes y monedas), por lo que es considerado uno de los impuestos más regresivos, pues afecta más a los grupos de población de menores recursos y que por lo general tienden a mantener la mayor parte de sus ingresos en efectivo”. ¡Eso lo sabe la señora! 

Para acabar de redondear este panorama nublado, se esperas que don Agustín haga el anunció de que, nuevamente, subirá las tasas de interés de referencia, con lo que el consumo tenderá a contraerse en lo cortito, provocando un afecto contrario a lo que se recomienda en los cánones de la economía, que no es otra cosa que premiar la inversión productiva, desestimulando el ahorro, cuando menos hasta que se muestre una clara tendencia a la recuperación de la economía mediante el círculo virtuoso de inversión, producción, empleo, consumo y recaudación fiscal.