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Ningún resultado, sólo persecución política

A unos días de la elección más grande en la historia de nuestro país, resulta inaceptable que desde el gobierno federal se inicie una persecución política en contra de un gobernador de oposición. Con este tipo de actos, se está rompiendo el pacto federal y se vulnera la soberanía de las entidades federativas.

Es claro que, por su falta de resultados, Morena y sus candidatos han descendido en la preferencia del electorado. Se han convertido en la mafia del no poder: no poder dar salud, no poder crear empleos, no poder proteger a las mujeres, no poder construir una línea del metro sin que se derrumbe y no poder dar seguridad a los mexicanos.

Ningún resultado, sólo persecución política

Ante esta caída electoral y como una respuesta desesperada, el titular del Ejecutivo federal violenta la norma y los criterios establecidos por el máximo tribunal del país. Intenta, desde su palestra matutina, traicionar la ley y adecuar las instituciones a su conveniencia.

No se puede soslayar que en su momento, el Ministro González Alcántara —en el desechamiento de la Controversia Constitucional 50/2021—, refirió que el Congreso del estado de Tamaulipas, en ejercicio de las atribuciones establecidas en el quinto párrafo del artículo 111 constitucional, decidió no homologar la declaración de procedencia que emitió la Cámara de Diputados, en consecuencia, no procedió quitarle el fuero constitucional al Gobernador García Cabeza de Vaca.

En ese sentido, resulta ilegal la supuesta orden de aprehensión emitida por un juez federal, ya que mientras Francisco García Cabeza de Vaca siga siendo titular del Poder Ejecutivo del estado, no se puede proceder en su contra. Sin embargo, como ya es costumbre y sello distintivo de la 4T, los preceptos constitucionales y las instituciones, son vulneradas, ultrajadas y usadas para sus fines políticos.

Primero intentaron quitarle el fuero constitucional al gobernador de Tamaulipas, después emitir una ilegal orden de aprehensión en su contra y ahora quieren declarar la desaparición de los poderes de un estado libre y soberano.

Esta declaratoria, es un vestigio del presidencialismo autoritario. El Presidente usaba esta figura amenazante para actuar en contra de los Gobernadores que le hacían frente o no seguían los dictados del régimen. Ejemplo de lo anterior es el caso de Hidalgo, donde en el año de 1975 se intentaron desaparecer los poderes de esa entidad por pugnas políticas entre el entonces Presidente y el Gobernador. Esos tiempos habían terminado, sin embargo, parece que el actual titular del Ejecutivo federal quiere regresar con mayor fuerza a esas prácticas antidemocráticas.

Es importante señalar que el partido del Presidente no cuenta con los votos suficientes en la Comisión Permanente para convocar a un período extraordinario y cumplir así sus caprichos.

La desesperación de López Obrador es clara. Morena está cayendo en las encuestas. Hay 26 familias en luto por la tragedia de la línea 12 y ni un solo responsable en la cárcel. Más de 220 mil fallecidos por Covid-19 y sólo el 12.8% de la población vacunada. No hay empleo, no hay salud, pero el Presidente de la República trabaja para perseguir a los opositores. Ningún resultado, sólo persecución política.