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Los dos choques que vienen en la elección

Dos ollas de presión social empiezan a burbujear intensamente conforme se acercan las elecciones.

Hace unos días en estas ‘‘Historias de Reportero’’ expresé que a esta elección le hacía falta su choque: la coordinación gobierno-empresarios-sindicatos contra López Obrador fue un punto de quiebre en la elección de 2006, el movimiento #YoSoy132 lo fue para Peña Nieto en el 2012. Y este proceso de 2018 no nos regala aún algo equivalente.

Sin embargo, dos ollas de presión social empiezan a burbujear intensamente conforme se acercan las elecciones.

Los dos choques que vienen en la elección

La primera surge en Jalisco, a partir de la desaparición de los tres estudiantes de cine y la explicación oficial de que fueron secuestrados, torturados, asesinados y sus cuerpos disueltos en ácido. 

El horror inimaginable del destino de los jóvenes indignó a la sociedad, pero la chispa que encendió el fuego fue cuando desde la Fiscalía tapatía, que investiga el caso, se dijo que el asunto se debió a que "estaban en el lugar equivocado". 

Deben haber aprendido ya las autoridades mexicanas que frente a un caso que impacta con dolor a la sociedad no pueden usar coloquialismos, porque lastiman y se vuelven bandera en su contra. 

Hoy la indignación se arropa con reflexiones sobre cómo medio país es "el lugar equivocado", sobre cómo nos sentimos temerosos, inseguros siempre, donde sea. Los brotes de rabia social empiezan a tomar forma de manifestaciones contra la violencia desbordada en los gobiernos priístas de Jalisco y federal.

La segunda, en paralelo, tiene en la mira a López Obrador. Según el promedio de encuestas de Oraculus, el candidato de Morena tiene 14 puntos de ventaja sobre Ricardo Anaya. 

Sus adversarios —en el mundo político, intelectual, del empresariado— comienzan a agruparse haciendo cuentas alegres: si López Obrador pierde 7 puntos y esos votos se van al segundo lugar… voilá! se empata la contienda. 

El problema es que los anti-Peje están aún divididos sobre si apoyar a Anaya o a José Antonio Meade. La disyuntiva se irá resolviendo con el paso de los días, pero mientras, las baterías empiezan a enfocarse nítida y públicamente contra el tabasqueño.

Veremos si alguno de estos dos se vuelve el choque emblemático de 2018.

SACIAMORBOS

¡Vaya pifia la mía ayer! Ofrezco una sincera disculpa a los involucrados. Resulta que en estas "Historias de Reportero" relaté que un alto funcionario del INE, Patricio Ballados, había asistido hace unos meses a una cena en apoyo a Armando Ríos Piter. 

El que asistió fue su hermano Carlos. ¡Resulta que son físicamente idénticos! Esa noche, Carlos Ballados dijo que acudía a título personal y no de la institución en la que trabaja, y por eso mi fuente se confundió pensando que se trataba de Patricio el del INE, y no de Carlos, que labora en una institución financiera. 

Carlos Ballados sí apoyaba la aspiración del apodado "Jaguar", quien terminó echándole la culpa a su hermano Patricio de todo el sainete de las firmas falsas en su disputa con el INE. La cena, a la que asistió Jorge Castañeda (quien entonces promovía a Ríos Piter), fue en casa del propio exaspirante a la candidatura presidencial independiente, recién incorporado a la campaña de José Antonio Meade.