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La dependencia de México

El gobierno mexicano expulsó al embajador norcoreano porque Trump se los ordenó. Y esa es la mejor prueba que no hay independencia que celebrar

No amigo lector, no me equivoqué. La independencia de México de la Corona Española fue por allá de 1810, cuando la revuelta del cura Hidalgo culminó con la entrada del ejercito Trigarante al mando de Iturbide. Esa celebración acompañada del tradicional grito una noche anterior es un simple pretexto para mostrar al mundo e intentar convencernos a nosotros mismos de nuestro orgullo nacionalista.

Con esto quiero decirle que los mexicanos somos pura pantalla y en nuestros corazones, muy arraigado sigue el sentimiento malinchista que nos ha caracterizado desde la llegada de los españoles.

La dependencia de México

Sólo basta reflexionar profundamente todo aquello que nos molesta para entender que seguimos cambiando oro por espejitos y continuamos adorando a todo aquel de tez blanca y acento extranjero. Sino no me cree le voy a dar unos ejemplos.

El pueblo mexicano verdaderamente se molesta bajo dos situaciones consideradas extremas, una totalmente ridícula y la otra que desenmascara nuestra proclividad al malinchismo; la primera es cuando pierde la selección mexicana de futbol, bueno, queremos quemar las patas al técnico como Cortez a Cuauhtémoc y la segunda cuando hay devaluación de nuestra moneda. Sí, porque nos gusta comprar lo extranjero, sin importar su calidad y haciéndole el feo a los productos mexicanos, porque es “nice” ir de compras a McAllen, San Antonio o Nueva York. 

Lo que debería de importarnos de veras es el poder adquisitivo de la clase obrera y campesina, que éstos grupos pertenezcan a la clase media y no a la clase pobre, de tal manera nuestro mercado de consumo nacional sea más robusto. 

Le digo esto porque he visto publicaciones y he oído comentarios de que Porfirio Díaz fue un gran presidente porque el peso estaba a la par del dólar americano. ¿Pero de que servía eso al 90 por ciento de la población si ganaban míseros centavos que incluso en el campo de nada servían pues les pagaban con vales de las casas de raya? 

Un ejemplo claro de lo que digo es Corea del Sur, mientras en México el salario mínimo es de 1.01 usd por hora el de Corea del Sur es de 5.85 usd, sin embargo el peso esta alrededor de 17.00 pesos por dólar y el Won coreano 1,136 wons por dólar. Nada importa el tipo cambiario para efectos de bienestar familiar, salvo para efectos comerciales, pues una moneda débil implica mayor competitividad internacional. En otras palabras una moneda débil impulsa con más fuerza los productos nacionales en el extranjero.

       Otro punto importante que muestra nuestra perversa inclinación por lo extranjero son los tratados de libre comercio, los cuales defendemos como gatos panza arriba sólo porque nos creemos los cuentos de la prensa propagandística. Estos han hecho pasar al México de la soberanía alimentaria y energética, a la enfermiza dependencia de los Estados Unidos. 

      Si el día de mañana Estados Unido nos cierra la llave de las gasolinas, granos, tecnología y hasta las mismas remesas de nuestros hermanos braceros, México quebraría inmediatamente. Y para que vea de qué manera dependemos de Estados Unido hemos llegado al grado de subordinarnos hasta rechazar nuestra tradición de política internacional de la autodeterminación de los pueblos, al expulsar al embajador de Corea del Norte.

       Claro; porque es bien cierto que ese gobierno está violando tratados internacionales nucleares, también es cierto que está causando un grave desequilibrio en Asia, como también es cierto que su gobierno es represor y tiránico, pero el gobierno mexicano no expulsó al embajador por esas razones, que si fueron pretexto, sino porque Trump se los ordenó. Y esa es la mejor prueba que no hay independencia que celebrar.

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abeloseguerakernion

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