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El Oso Siberiano

Las embestidas mediáticas de los noticieros estadounidenses se han enfocado en las últimas semanas sobre la investigación de los nexos rusos con los colaboradores cercanos al Presidente Donald Trump.

Las embestidas mediáticas de los noticieros estadounidenses se han enfocado en las últimas semanas sobre la investigación de los nexos rusos con los colaboradores cercanos al Presidente Donald Trump. Incluso llegando a abrirse una investigación contra el propio Presidente por obstrucción de la justicia.

Aunque las declaraciones del exdirector del FBI James Comey fueron ambiguas y en ellas hubo un dejo de especulación,  nada hubo de fondo que señalase una conducta delictiva por parte de Trump. Pero pareciera los medios y sobre todo políticos de ambos partidos se han embarcado en una emboscada contra el mismo Presidente. Los demócratas por obvias razones electoreras y los republicanos, porque les es ajeno a sus intereses de grupo, pero además porque en sus respectivos distritos les está restando votos. 

El Oso Siberiano

De tal manera que mientras los políticos norteamericanos se embarcan en esta lucha fratricida, Rusia, su contraparte política internacional, se fortalece jugando al equilibrio de fuerzas.

Veámoslo de esta perspectiva; Si Rusia intervino en las elecciones de los Estados Unidos, quedaría claro la fragilidad de las instituciones electorales y gubernamentales en tan importante ejercicio, eso sin contar con que en las próximas se sumen al juego China, Israel y algún país europeo. Incluso si intervino, quedaría implícito el gran poder controlador de un  gobierno externo sobre el Presidente de la nación más poderosa de la tierra. Pero si no intervino y solo fue un parapeto de espionaje interno derivado de servidores de internet rusos, entonces las cosas tampoco cambian. 

Porque Rusia se la ha pasado asegurando que ellos no intervinieron en la elección norteamericana y aun así no les creen. Pero imagine usted que Rusia admitiera públicamente haber intervenido en el triunfo electoral del Presidente Trump, aunque no fuese cierto, crearía un enorme boquete en el orgullo norteamericano y pondría sus instituciones al borde del colapso de credibilidad. Eso, además de la caída inminente del Presidente Trump. De tal forma que Rusia tiene en su poder el colapso de la misma presidencia.

Entre más le aticen los enemigos políticos a Trump con lo de la intervención rusa, más frágil es el poder del Presidente en los foros internacionales de cara a su contra parte. Esto lo está aprovechando al máximo el Presidente Vladimir Putin, sobre todo haciendo mancuerna con Xi-Jiping su homólogo chino. 

Por lo tanto, haciendo una reflexión, podríamos llegar a la conclusión dos cosas; La democracia puede ser una debilidad de la cual un país extranjero pueda sacar provecho, incluso Estados Unidos se ha servido de esto para intervenir en muchas partes del mundo, sobre todo en Latinoamérica. Y segundo, los intereses perversos internos de Estados Unidos, los armamentísticos, financieros, comerciales y políticos han entrado en una guerra devastadora que erosiona al eje motor del ejercicio republicano de la nación. La descomposición de la economía doméstica llevó a la Presidencia a un hombre sin los conocimientos del ejercicio político, sin la destreza retórica necesaria y sobre todo envuelto en un manto de errores legales que su impericia produce. 

Pero mientras esta batalla se libra en el corazón de la primera potencia mundial, el Oso Siberiano ha despertado de su letargo invernal. La habilidad de su Presidente y su sagacidad política hará que en los próximos años vuelva a generarse un equilibrio de intereses internacionales parecidos a los de la Guerra Fría. Creo los europeos ya lo saben y por eso es muy posible generen ligas que impidan una conflagración mayor en Europa, pero ya sin estar aliados a los Estados Unidos, sino bajo un pacto vecinal. 

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