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El chat de la Unión Tepito

Bryan Quintero Apodaca desapareció el 15 de julio de 2016. Era miembro de la Unión Tepito. Había asistido a una fiesta en la que, entre otros integrantes de esa organización, estuvo presente su tocayo Brayan González, “El Pozole”.

Cuatro meses antes de ser asesinada y quemada con ácido, la escort venezolana Kenni Mireya Finol reveló en un video que “El Pozole” —con quien había sostenido una relación— la tenía amenazada de muerte.

El chat de la Unión Tepito

La noche del 15 de julio, Bryan Quintero fue sacado de la fiesta. Uno de los invitados le había pedido que lo acompañara a comprar cigarros. No regresó. El individuo que se lo llevó dijo que lo había dejado en una tienda.

En una prenda, sin embargo, el desaparecido había dejado su teléfono celular. Gracias a la galería de fotos contenida en el aparato, policías capitalinos lograron identificar a varios de los asistentes a la reunión. Se habían retratado con armas y mujeres.

El teléfono contenía también los chats de la célula criminal a la que Bryan Quintero pertenecía. De este modo fue posible saber que, además de la venta de drogas, el cobro de piso y la extorsión, aquella célula se dedica también al robo de motos de pista.

Bryan conversó el 14 de julio con el usuario “Pp De Andres”:

“Bryan: Soy brya Para ver si le puedo subir una moto

PP de Andrés: No he podido acabar la otra tuve que salir como a qué hora subes para mandar a mi compadre y te reciba”.

Un día antes, en el chat en el grupo se había comentado:

“Güero Vilchis: Y el bryan que se roba la moto. Y la britány aventando balasos.

Richard: Todo estaba tranquilo y el kike se alocó y sacó los fierros. Nosotros no supimos ni que pedo se desconecto bien gacho el kike”.

Ese mismo día Bryan y “David” conversaron:

“David: Bryan entro la policía ala vecindad no se q pedo yo estaba comiendo ya mueve esa moto neto me dijo mariela… Entraron los polis y se llevaron al candys. Es ese pinche puerco moreno… Debes de sacar esa moto.

Bryan: Si ya voy.

David: Si ya no traigas motos Bryan. No pude dormir”.

Unas horas más tarde, Bryan y “Andrés” hablaron del robo de una Ducati 2015 (“A lo mejor la agarramos”, escribió Andrés), y de la compra de un “fierro”, “Prieto bereta” (sic), que ofrecía el Bryan.

En el chat de la Unión se ofreció también una moto “roja con blanco” a la que “le falta el espejo derecho”. Según “Richard”, se la habían llevado “en una camioneta”. “Estaba estacionada”, explicó, “pero su edificio tiene cámaras y ahí sale que llegan en una camioneta y la suben y se van tendidos… Chécale y me avisas si sale algo”.

Por el chat también desfilan idas “al antro”, viajes en moto a Acapulco y Cuernavaca. Los entretelones en la actividad de un grupo criminal que controla totalmente el Centro Histórico y cuyo poder se ha extendido hasta abarcar las delegaciones Cuauhtémoc, Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero.

Vecinos y comerciantes del centro denuncian que la Unión “está peor que nunca”. Los comerciantes de calles enteras no solo están bajo renta: también han sido secuestrados por los integrantes del grupo, que recluta lo mismo adolescentes de 12 o 14 años, que exconvictos recién salidos del reclusorio.

El guion se repite sin variación: los comerciantes son “levantados” al cerrar locales o recoger sus puestos. Con la cabeza cubierta son conducidos a inmuebles de los que la Unión se ha apoderado mediante el despojo: edificios, terrenos, estacionamientos, departamentos, locales. En muchos casos hay quemaduras con soplete, ácido en brazos y en piernas, amenazas de cortar un dedo a las víctimas.

El día de hoy se habla de más de un centenar de secuestros en Paraguay, Argentina, Colombia, Apartado y Eje 1. Pero nadie quiere denunciar: “Todos callan porque La Unión Tepito —asegura uno de los testimonios recogidos entre comerciantes y vecinos— tiene en la nómina a policías de investigación, elementos de la SSP e incluso ministerios públicos”.

El 18 de septiembre del año pasado, cuatro comerciantes que habían ido a denunciar la situación en el “Barrio Bravo” fueron atacados a las puertas de la delegación Cuauhtémoc. Estaban esperando turno para ser atendidos en la coordinación territorial. Dos motocicletas se aproximaron. Les soltaron 14 tiros.

Los comerciantes entendieron el mensaje. Y quienes lo hicieron así ahora están muertos: cinco homicidios de líderes de ambulantes se han registrado en los últimos meses. “Ya todo es de ellos”, dicen los comerciantes.