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El capitalismo descarnado

Fiona Woolf, Alcaldesa Mayor de Londres y hospedadora conjunta de la Conference on Inclusive Capitalism

Fiona Woolf, Alcaldesa Mayor de Londres y hospedadora conjunta de la Conference on Inclusive Capitalism, indicó: “El capital inclusivo no es sólo una bonita idea: se trata de un giro vital para hacer que el capitalismo sobreviva; no hace falta ser economista para estar preocupado sobre la dirección que se está tomando. Si el capitalismo desea retener su demanda moral para servir a la humanidad, debe encontrar nuevas formas de incluir a más personas, de más modos”. Pos, si.

Pos, sí; pero, no. Ya no se trata de las colosales empresas multinacionales que obtienen ganancias de muchos miles de millones de dólares; sino de los huehenches y los aborígenes, que se han apropiado de los espacios públicos. Por una avenida de tráfico intenso, donde está prohibido el estacionamiento de vehículos, tiene su asadero uno de los magnates locales, ocupando toda la acera y el estacionamiento en vía pública en lugar prohibido, sin que nadie diga o haga nada.

El capitalismo descarnado

Más allá, toda la banqueta está ocupada como escaparate de los fierros que produce otro de los magnates que apoyó “el cambio”. Por acá, una calle estrecha de estacionamiento prohibido, es ocupada como yonke, para desbaratar vehículos de procedencia dudosa y ofertar las partes como si fueran de oro. Esa es una muestra del capitalismo apropiado de los lugares públicos, que no es muy diferente a lo que hace el sexto hombre más rico del mundo, que utiliza la vía y los espacios públicos para tener y mantener su postería y sus tendidos alámbricos sin problema.

Cuando se consultó el origen de las fortuna de los hombres más ricos del mundo: se encontró que Bill Gates, con una fortuna de  86,000 millones de dólares, tiene la mayor empresa de tecnología cibernética, seguido de Warren Buffett, 75,600 mdd, inversionista de altos vuelos;  Jeff Bezos 72,800 mdd; fundador y director de Amazon;  Amancio Ortega con 71,300 mdd líder de la moda del siglo XXI  y Mark Zuckerberg,  56,000 mdd, creador de Facebook y Wikipedia; todos ellos tienen tras de sí enormes empresas consolidadas que les proporcionan enormes beneficio económicos.

Carlos Slim, 54,500 mdd, sin embargo, no ha creado ni inventado nada. Su enorme, colosal fortuna, proviene de las reformas que llevó a cabo Carlos Salinas, un muy sospechoso anagrama. Todo proviene de una diversificada cartera de la que destacan America Movil y Grupo Carso. American móvil detenta Telmex y Telcel. La primera de ellas, vendida en 4 millones de dólares, aunque estaba valuada en los mercados internacionales en 65, sigue detentando el uso de la vía pública para sus postes y tendidos, sin que las autoridades locales hagan algo al respecto para la gente; la otra domina la telefonía personal y no hay forma de protección, pues todo se maneja vía telefónica;  que no queda huella de nada, aunque los cobros excesivos sean muy  injustificados.

Aprovechado las reformas al artículo 27 de la Constitución, que permitió la privatización de ejido, esto es la propiedad social de la tierra ancestral, tanto Slim (Salinas), como los caciques aldeanos, se hicieron de normes propiedades que luego vendieron como condóminos horizontales, sin ninguna obligación y con enormes ganancias. Slim (Salinas),  ha diversificado su fortuna aprovechando las lagunas de la ley, creando un círculo de complicidad que no ha sido admitido en otros países: medios de comunicación, vivienda popular, carreteras,  finanzas, deportes masivos, espectáculos, sistemas de salud. Por otra parte,  “el IFT determinó ordenar la constitución de una persona moral independiente a Telmex-Telnor que preste exclusivamente servicios mayoristas relacionados con el acceso local, así como la compartición de infraestructura pasiva”; pero, a estas alturas, las empresas de Slim no sólo dominan la telefonía y la Internet a costos muy alto y servicio muy malos, sino que se apresta a incursionar en la televisión, lo que le permitirá tener una nueva plataforma para seguir acumulando riqueza estéril a costa del aborigen.

El sino es, a final de cuentas, el ejercicio de la política para el bien común, que fue, desde  hace mucho   tiempo el propósito de la organización social. Muy en contra de los afanes de la plutocracia huehuenche que busca, a toda costa, proteger los intereses de gran capital del cual forma parte. Así ¿Cuál capital inclusivo?