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El granjero y su vaca

El sentido común nos dice que quien paga impuestos merece que le sea retribuido su esfuerzo cuando enfrenta una crisis que pone en riesgo su sobrevivencia

Cualquier granjero sabe que la calidad de la leche que dan sus vacas depende de la alimentación y cuidado que se tenga con ellas. También el granjero está consciente de que lo que ellas producen sustenta la calidad de vida de su familia.

Ahora imaginemos que el granjero es el gobierno y todo el sector productivo del país es la vaca. 

El granjero y su vaca

Esto quiere decir que de lo que genera con su esfuerzo y trabajo todo el sector productivo se generan los impuestos que mantienen al gobierno. Si no se da prioridad a la protección de los micro y pequeños empresarios, que tradicionalmente han generado el 70% de los empleos en el país, estos no sobrevivirán esta crisis económica y no podrán mantener a sus trabajadores, ni generarán los impuestos que hoy son el sustento del dinero que reciben todos los beneficiarios de los programas sociales del gobierno.

Sin embargo, el desinterés gubernamental respecto a los graves problemas de sobrevivencia de este sector puede tener devastadoras consecuencias para el país.

La extinción de fideicomisos parece ser una clara evidencia de la necesidad que tiene el gobierno de buscar dinero que compense la futura merma de los ingresos fiscales.

Esto tiene dos perspectivas de análisis o enfoque: el práctico que se refiere a la necesidad de apalancar y proteger a quien genera los recursos económicos que necesita el país y por otra parte la perspectiva ética y moral.

El sentido común nos dice que quien paga impuestos merece que le sea retribuido su esfuerzo cuando enfrenta una crisis que pone en riesgo su sobrevivencia.

La fobia al neoliberalismo es la etiqueta que justifica todas las barbaridades que hoy se cometen. Seguramente por este argumento fue que López-Gatell desdeñó el ofrecimiento de ayuda que le hicieran seis exsecretarios de salud.  Sin embargo, nuestro gobierno pagó muy cara la ayuda de 558 médicos cubanos que costaron al Insabi aproximadamente  135 millones de pesos, según declaró en junio, Oliva López Arellano, secretaria de Salud de la Ciudad de México. Estos honorarios se pagaron directamente al gobierno de Cuba por los servicios de este contingente médico devengados entre abril y septiembre de este año.

Estos médicos cubanos ni remotamente tendrían la experiencia del recién fallecido Guillermo Soberón, ni de Julio Frenk, José Narro, Mercedes Juan, Salomón Chertorivski y José Ángel Córdova, quienes seguramente habrían aportado valiosa experiencia y conocimientos sin esperar nada a cambio. 

Además, las generalizaciones simplistas que confunden lo bueno con lo malo y lo integran en un mismo paquete, en parte son las culpables de la estigmatización del sector productivo de México. Desde el gobierno se le señala como causante de la injusticia social, calificando a todo este segmento social como concentrador de la riqueza, cuando en la realidad, aproximadamente el 97% del total de sector productivo está conformado por Micronegocios y PyMES, quienes viven al día y de forma modesta y sin embargo, conforman la espina vertebral de lo que hasta hoy ha sido la fortaleza de este gran país.

Hay que voltear hacia este importante sector social y económico de México para apoyarlo antes de que sea muy tarde y su decrecimiento sea irreversible, generando desempleo y crisis económica. ¿Y a usted qué le parece?