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Campaña mediática

Para el filósofo francés Giles Deleuze, información es: “un sistema de control, en tanto que es la propagación de consignas que deberíamos de creer o hacer que creemos

Para el filósofo francés Giles Deleuze, información es: “un sistema de control, en tanto que es la propagación de consignas que deberíamos de creer o hacer que creemos. En tal sentido, la información es un conjunto organizado de datos capaz de cambiar el estado de conocimiento en el sentido de las consignas trasmitidas”. Aceptada o no, la definición cuadra perfecta con la campaña mediática en torno a la reforma energética.

De tiempo atrás, existe la convicción generalizada de que es necesaria una transformación de las estructuras relacionadas con la producción de petróleo y electricidad, puntales del desarrollo del país (frase muy trillada, pero absolutamente cierta), a efecto de hacer más eficientes las operaciones de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, nichos herméticos donde la corrupción se regodea. Ahora con el robo de combustible, que ocultasen los números negros de la empresa.

Campaña mediática

Pero, la operación mediática que han emprendido los sectores financiero, empresarial y parte del oficial, llama a la desconfianza, desconfianza totalmente justificada visto lo que ha ocurrido con los bancos, las carreteras, los ferrocarriles y otros sectores privatizados a la mala en perjuicio de México y los mexicanos. Reformar el sistema energético para favorecer al capitalismo salvaje, culpable de la miseria de millones de seres humanos que han perdido hasta la esperanza, es aberrante, inhumano y reprobable.

El gobierno de Enrique Peña Nieto y el mismo presidente, lograron prender el entusiasmo de la mayoría de los mexicanos, aún de los que no votaron por él, por su capacidad para concretar alianzas y consensuar reformas estratégicas impostergables. No todo ha salido a pedir de boca y en muchos casos se requiere de tiempo para ver resultados concretos; pero, el aliento de inicio estimuló nuevas esperanzas de que, por fin, México habría de tener en el timón a un estadista con claro sentido humanista.

El presidente no ha presentado aún su iniciativa de reforma energética; pero, en su derredor se está tejiendo un entramado que no da buenas señales. En el foro Petróleo y Energía: Mejoras Regulatorias, efectuado en la Cámara de Diputados, el ingeniero Javier Jiménez Espriú y el exdiputado Jaime Cárdenas, expusieron que la reforma que presentará el gobierno federal en materia energética, pretende dar plena seguridad a las grandes empresas para compartir la renta petrolera, y ofrecer contratos para exploración y explotación, así como también en procesos de refinación y venta de hidrocarburos.

Los ponentes están dijeron, simple y llanamente, que se entregará en bandeja de plata las industrias petrolera y eléctrica al capitalismo salvaje, con lo que se deja en posición endeble al Estado mexicano para defender los intereses del país y los paisanos.

Economistas reconocidos aseguran que: “La inversión extranjera se extiende más allá de las empresas; las ventajas brindadas a la inversión extranjera permiten el control político sobre sociedades con gran desigualdad social. En estos casos, las elites locales están asociadas a las elites extranjeras para mantener sus privilegios internos. Estas últimas ceden el control de los recursos estratégicos”. Según reportes del Banco de México, de julio a septiembre del año pasado, la balanza de renta reportó un déficit mayor de dólares y de egresos por 5 mil 496 millones de dólares. Indudablemente, sale más de los que entra.

Por todos estos aspectos, es necesario que el gobierno del presidente Peña Nieto diga un mensaje claro y contundente acerca de los propósitos y las tendencias de la reforma energética que propondrá al Congreso. Muchos de los “representantes populares” están ahí para defender los intereses de la plutocracia a la que deben el cargo, ningún empacho tendrán al manifestarse en contra del beneficio de los aborígenes. La decisión será, totalmente, del presidente y no habrá modo de evadir el juicio de la historia.

Y, orita no es clara, aunque hay mucho tiempo para reflexión, puede venir en el suelo, para llegar a una posición de beligerancia, cuenta ¡Y cuenta mucho! Pvem, Panal, Pem, ptos, todos amafiados.