Tamaulipas y los derechos humanos

La sociedad mexicana adolece de una severa crisis de violaciones a los derechos fundamentales, que significa un retroceso a los logros obtenidos en la materia en la década de los 90s; el flagelo mayor es la inseguridad, la corrupción y la impunidad que sitúan al país en los primeros indicadores de incidencia en la comunidad internacional.

Tanto organismos independientes, cómo gubernamentales así como instancias internacionales de defensa a los derechos humanos, observan y documentan la preocupante alza en las estadísticas de las violaciones a los derechos humanos; principalmente en aquellas personas que por sus condiciones de vulnerabilidad son las más lastimadas y objeto de atropellos, sin que nadie las escuche y menos las proteja.

Tamaulipas y los derechos humanos

En Tamaulipas, la Comisión de los derechos humanos, enfrenta un reto mayúsculo para en el ámbito de su competencia salvaguarde los derechos fundamentales de sus habitantes y sea garante de la cultura de su respeto y protección para la sociedad en general, sean civiles, servidores públicos o autoridades.

Es tiempo de que el ombudsman tamaulipeco, se autoevalúe, para identificar sus necesidades que le permitan innovar sus políticas públicas, rediseñar su plan de trabajo, revisar y hacer competitivos sus pilares estructurales, visualice sus objetivos, trace metas, procesos de ejecución, de evaluación, medición, de vinculación con la gente y rinda resultados y cuentas de manera expedita y con eficiencia al estado de derecho de la comunidad Tamaulipeca.

En lo personal he tenido la oportunidad de participar en organismos defensores de los derechos humanos no de gobierno y gubernamentales, y he podido apreciar que las Comisiones oficiales pueden aprovechar en mucho la vinculación bien intencionada con la participación ciudadana y los llamados ONGs.

Tamaulipas merece una Comisión de Derechos Humanos, con funcionarios con verdadera vocación y perfil idóneo con la esencia de servir con el ejemplo. No podemos sembrar conciencia de la importancia que tiene en la sociedad el generar la cultura de la legalidad, que al final de cuentas viene siendo el instrumento mediante el cual las personas pueden convivir en orden, en paz y con las mismas condiciones en equidad, para vivir en plenitud de respeto a sus derechos humanos por esencia o derechos fundamentales, sean civiles, servidores públicos o autoridades; sino empezamos por nosotros mismos como servidores públicos en derechos humanos.

Tamaulipas tiene la oportunidad y la responsabilidad legal y moral de responder a sus deberes de fortalecer los derechos fundamentales en beneficio del bien común de sus habitantes; es hoy cuando el estado de derecho y la sociedad lo demandan; para ello hay que sumar voluntades y esfuerzos multidisciplinarios de nuestras instituciones, de los defensores independientes, de la sociedad en general; así como también de los demás organismos Estatales y de la CNDH y de instancias internacionales. De lo contrario que la sociedad se lo demande.

Recordemos que a finales de los 80s y principios de los 90s, las Comisiones de Derechos Humanos de gobierno, se crearon temporalmente, para contrarrestar los excesos y atropellos del abuso del Poder del aparato gubernamental, con la visión de propiciar la cultura del respeto a los derechos humanos en México y cuando se logrará, serían cerradas porque ya no harían falta. Pero desafortunadamente, no se ha logrado el citado objetivo; al contrario, estamos en plena recesión.

Siendo un deber cívico de la sociedad, el demandar a sus instituciones la conformación de políticas públicas que sean garante del estado de derecho para el respeto y protección a los derechos fundamentales.

(Ramiro Cavazos Galván es licenciado en derecho, realizó propuesta nacional ciudadana ante el H. Congreso de la Unión, para reformas en materia de derechos humanos. Actualmente tanto la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, como la legislación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, han adoptado principios de la citada propuesta).