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Huyendo de la violencia

Indigna lo sucedido en el Estadio Corregidora. La degradación humana a la que llegamos como país en un estadio de futbol, nos obliga a reflexionar y a detenernos un momento. No podemos ser insensibles e indiferentes ante el problema de la violencia en México bajo el pretexto de querer darle prioridad a otros problemas también importantes. Se trata de no cerrar los ojos a todo lo que nos degrada. Las consecuencias deben ser legales, sin duda, pero los clubes de futbol no pueden considerar este acontecimiento violento como un hecho sólo entre dos clubes; todas las personas debemos reflexionar el nivel de violencia que se alcanzó porque las imágenes que vimos en el estadio de Querétaro nos obligan a reconocer que el nivel de degradación humana al que podemos llegar no tiene límites.

Comento una foto que ha salido en las redes como parte de un video tomado a personas que bajaban a la cancha a resguardarse y que es una como expresión clara de lo que viven la inmensa mayoría de los mexicanos. En la foto aparece una familia; de esas que ahora llaman "tradicional", y que hoy ya es motivo de descalificación, pero que representa a millones de familias en México: un papá, una mamá y dos niños. Los cuatro corriendo, cada adulto con un hijo en la mano, uno de los niños no tiene playera seguramente para no ser "el blanco" de ataque de algún fanático del equipo contrario. La mamá y el papá corren angustiados, protegiendo a sus hijos de la violencia, huyendo de la degradación humana desenfrenada, de la falta de límites, de la ausencia de reglas elementales, de la falta de autoridad.

Huyendo de la violencia

El drama se da mientras circulan grabaciones en las que escuchamos las preocupaciones del Fiscal General con respecto a un caso en particular en el que, además, es evidente que existe un conflicto de interés; el drama de la violencia se da en un estadio mientras vemos al presidente de la  Corte dispuesto a servirle a un Poder Ejecutivo que no asume responsabilidad, pero que todos los días genera linchamientos cargados de odio, desde el poder público, contra las personas que se atreven a disentir. Así está la justicia en México, distraída en venganzas, servilismos y resentimientos que se generan desde el poder sin que importe lo que le pasa a un pueblo que se ahoga injustamente en la violencia y en una situación que rebasa a los pacíficos y de la que las familias mexicanas quieren huir. (Diputada federal)