Columnas > PLUMA INVITADA

Frío...

¿De ese que nos entume, nos encorva y nos obliga a frotarnos los brazos de nosotros mismos con las palmas de las manos?

No, de ese frío, no.

Frío...

Hablo del otro; del que da cuando entra el miedo.

De ese, es el frío del que vamos a hablar hoy.

Del que ya llenó al Palacio Nacional, a las oficinas gubernamentales de la federación, a los despachos de gobernadores y de presidentes municipales, a raíz del descontento popular;

vamos a hablar del frío que ya invadió a los cubículos de diputados federales y locales, de los síndicos, de los regidores y por supuesto, de los voceros, todos morenistas.

Porque la pregunta que flota en el ambiente de todas las reuniones (públicas y privadas) de emergencia que se están llevando a cabo entre morenistas, es resultado del miedo. Todos se preguntan unos a otros... ¿Y ahora?

Y es que no es fácil, para muchos de ellos, imaginarse el día en que tendrán que entregar cuentas a sus ex correligionarios priistas, panistas o perredistas. De ahí el frío.

Ese frío proviene de reconocer que vendrán días complicados para explicar vergonzosamente, faltantes, omisiones, abusos y excesos qué, tendrán que pormenorizar ante aquellos a los que abandonaron, engañaron, dejaron plantados, traicionaron o sencillamente olvidaron cumplir sus deberes en seguridad, educación, salud, economía, atención al campo y deportes.

Porque todos, empezando por el líder de la mentira, del odio, de la traición y del cinismo a ultranza, a la luz de la Ley de Entrega-Recepción, tendrán que rendir cuentas del saldo negativo en el que dejan el país, los estados y los municipios. De ahí el frío.

¡Por capítulos! uno por uno, los temas nacionales, regionales y municipales que han quedado dañados, mermados, desaparecidos, subutilizados, quebrantados o escondidos, saldrán a la luz. De ahí el frío.

No alcanzará la capacidad de asombro del pueblo de México, cuando se publiquen las atrocidades que de manera discrecional cometieron los morenistas en los tres órdenes de gobierno. De ahí el frío.

Por mucho que se hayan esforzado por tratar de aminorar la dimensión de su propia corrupción comparándola tramposamente con la del pasado, no encontrarán la manera de justificarla, cuando vaya apareciendo a ocho columnas, una a una. De ahí el frío.

Será entonces cuando se podrá ver cómo fue que todos los mecanismos de planeación, organización, coordinación, desarrollo y controles administrativos de los manuales de organización y métodos de cada dependencia, fueron hechos a un lado para que iniciara el gobierno de una discrecionalidad atroz, basada en el pintoresco principio del "me canso ganso". De ahí el frío.

Todos los morenistas que jamás habían pisado una oficina de gobierno y que por la irresponsabilidad presidencial fueron contratados solamente para desaparecer a los que sí sabían operar con responsabilidad los temas de finanzas, salud, seguridad, comercio, turismo, deporte, movilidad o educación, (por mencionar algunos) de inmediato comenzaron a conducir las oficinas públicas como si fueran conferencia mañanera, es decir: sin orden, sin método, sin programación, sin ilación lógica, sin prioridades, sin congruencia y sin conservar la dignidad mínima para la investidura oficial que les fue dada. De ahí el frío.

¿Quieren un ejemplo del frío ese? Pues ahí está el que Zaldívar refleja cuando, en el desempeño de su nueva faceta de comparsa comunista dentro de un programa de radio, se refiere con evidente nerviosismo, a la iniciativa presidencial próxima a salir a la luz pública en febrero 5, mediante la cual se buscará demoler el esquema constitucional no solo de la impartición de justicia, sino también de la representación proporcional en los congresos.

Por cierto, debo decir que, en mi apreciación, el presidente ya calculó que como su movimiento va de salida, no podrá dejar el asunto de la destrucción total de la constitución a su candidata, dado que va a perder...

Por lo tanto, se le ocurrió adelantar el numerito, planteándolo personalmente en su casa, precisamente el día en que debía presentarse en Querétaro a honrar al Constituyente el 5 de febrero.

Lo hará, con el doble fin de ofender a nuestra Historia Constitucional y al mismo tiempo, como por arte de magia, presentar un bodrio legal escondido dentro de un conejo legislativo sacado de la chistera morenista, donde desde 2018, esconde su agenda dictatorial.

Por eso de hoy en adelante, no importará cuántos grados centígrados marque el termómetro de la oficina presidencial de Palacio Nacional; en cada mañanera, a partir de hoy, se notará el frío provocado por el miedo incubado por la gran e inocultable aceptación que Xóchitl Gálvez ha recogido por todo el país.

Y a partir de ahí, la sensación térmica para todos los morenistas que ya se enteraron que la imagen presidencial va en descenso y por lo tanto la derrota de su candidata es inevitable, se irá expandiendo el frío que les ocasiona el miedo.

Un miedo que ya se siente, que ya se les nota, que se percibe en sus desesperados esfuerzos publicitarios por engañar a los mexicanos con datos, imágenes, videos de inauguraciones y spots televisivos que parecen trabalenguas...

Esperemos en Dios, que ese frío producto del miedo a la inequívoca derrota que se les viene en la elección presidencial, en las senadurías, en las diputaciones federales, en las diputaciones locales, en las presidencias municipales y en las regidurías de todo el país, no los orille en ningún rincón de la nación, a cometer la grave equivocación de fraguar un solo movimiento de intromisión oficial en las elecciones del próximo 2 de junio.

Lo anticipo, porque lo único que se les nota, es el frío...