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Espionaje no es nuevo

Dentro de la efervescencia política que se vive al interior del PRI tamaulipeco por la renovación de su dirigencia estatal, en paralelo y ahí como no queriendo, el diputado federal EDGAR MELHEM SALINAS inició un recorrido por la entidad con el pretexto de informar sobre sus actividades legislativas y a la vez acompañando a los diputados de cada distrito, un placeo que le viene muy a modo para amacizarse como un prospecto a una de las dos candidaturas para el Senado de la República por Tamaulipas.

Entre tanto, los tamaulipecos avecindados en la Ciudad de México permanecen en silencio y hasta hace unos meses el diputado federal ALEJANDRO GUEVARA COBOS andaba muy girito echándole los perros a la presidencia del comité directivo estatal priísta, pero algo sabe o se imagina para que en esta ocasión no haya levantado la mano.

Espionaje no es nuevo

Por otra parte, vaya alboroto que causó la balconeada que le dio The New York Times al gobierno de México por haber comprado un software llamado Pegasus, que según dicen, es lo último en tecnología para andar espiando lo mismo a periodistas que a defensores de los derechos humanos, y en mi particular enfoque no hay motivo para tanta escandalera. 

No creo haya un gobierno en el mundo que no ande espiando lo mismo a sus ciudadanos que a los extranjeros, salvo países excepcionalmente democráticos con alto bagaje cultural no creo encuentre alguno que no haga tales cosas, y en México no tenemos motivo para el sonrojo en ese aspecto.

Hasta los gobiernos estatales le han entrado a la espiada y algunas veces hasta los municipales, si no de dónde cree usted que surgen los famosos “borregos” que vienen siendo versiones que se filtran con toda avidez, lo mismo en las mesas de café que en barras cantineras y desde luego que incluidas las secciones políticas.

Alguien se entera de algo deliberadamente y suelta lo que sabe y el resto lo hace la comunidad opinadora.

Así siempre ha sido y además hasta se agradece la confidencia, finalmente el comentarista político tiene como trabajo desmenuzar los hechos ya conocidos, pero nunca rechaza informaciones no oficiales, aunque eso sí las analiza para determinar qué tanto son verosímiles antes de hacerla pública en su sección o columna.

Entonces, en lugar de caerle a palos al gobierno mejor que le exijan que ese programita que debe utilizarse solamente contra los terroristas o los narcotraficantes lo comisione o destine a la Fiscalía Anticorrupción. Estoy seguro que con todo y que está prohibido el intervenir las comunicaciones privadas, el ciudadano va a aplaudir unánimemente que el sistema Pegasus lo utilicen para espiar a los gobernantes de los tres niveles, incluidos sus respectivos colaboradores, pero sé que esto no pasará, primero, porque el gobierno mexicano ya negó la compra de ese software y segundo, aunque si lo admitiera, nunca le daría el destino que ya proponen por las redes sociales. Y no lo haría porque sencillamente se autoinmolaría, algo así como un harakiri, nomás que a la inversa, pues los samurais hacían tal cosa por vergüenza pero nuestros políticos en su mayoría lamentablemente lo que menos tienen es sonrojarse.

En estas condiciones el Pegasus pinta para perderse entre el cúmulo de informaciones para que dos que tres tiren cacha de quejarse porque fueron espiados.

Y por el mundo de la policía, por nuestra querida Reynosa siguen las balaceras y ejecuciones. Les dieron una tregua con motivo del Día del Padre, la prolongaron hasta el día siguiente, pero reanudaron las hostilidades los días siguientes y esto ya está a niveles angustiantes y mientras tanto el comercio y toda actividad económica la está llevando al igual que el ciudadano en su estado de ánimo.

¿Hasta cuando?, por lo visto, no se sabe.

Y por hoy, BASTA.

gilberto.banda@hotmail.com

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