Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA

Endeblez emocional, mal común generalizado

A pesar de las drásticas y severas consecuencias

Cuando comencé a usar la tribuna en los grupos de autoayuda, ahora en mayo, celebro mis primeros 23 años limpio, recuerdo que me costaba mucho trabajo, decir.- Buenas noches, soy Ernesto, alcohólico, al pasar de mis 24 horas de mi diaria rutina, se me daba con facilidad presentarme ante los compañeros, luego, conociendo mi realidad, así como la magnitud de mi situación, aceptándome,  le agregue.- Soy Ernesto, alcohólico, adicto, enfermo emocional, celoso compulsivo, neurótico empedernido, luego, después de ello, iniciaba mi participación, poco a poco, me fui amoldando a la tribuna, es decir, sintiéndome muy agosto, liberado, en armonía, pajita, pajita, como diría el poeta de Tepito.- No me ha quedado ninguna duda ante mis definiciones o calificaciones, soy hipersensible, mecha corta, explosivo, agresivo, no se manejar mis temperamentos, mis emociones, desbordan a flor de piel, por supuesto, que soy maniacodepresivo, soy víctima de mis pensamientos patológicos, sicoticos, obsesivos, por demás repetitivos, me gana el corto impulso, primero, acción, luego reacción, me domina el falso orgullo, tengo dificultad para reconocer el daño que hago y más aún, se me dificulta ofrecer disculpas, muchas veces, me hago pasar por víctima, cuando en verdad soy el victimario, tuve que trabajar y sigo trabajando intensamente en mí, en mis conductas toxicas y con la loca del azotea, no me he dado de alta de Alcohólicos Anónimos, sigo en la misma frecuencia desde el primer día en que salí  del anexo que me vio nacer, solo por la gracia de Dios. Hoy se, perfectamente, que el tiempo no es recuperación, la recuperación estriba en los hechos y no se hacen en busca del reconocimiento, se hacen por voluntad y dar lo mejor de sí mismo a los demás, es en el servicio donde debe estar el anonimato, haz el bien, sin mirar a quien.-

Endeblez emocional, mal común generalizado

Si esta época tuviera nombre, se llamaría, crisis

No me las doy de muy cuco, no soy psicólogo, ni psiquiatra, ni terapeuta, soy un enfermo emocional, reportero especializado en todos los temas relacionados con los menesteres de mi enfermedad, a través del tiempo, con la publicación de mis 12 libros, los trabajos periodísticos que realizo semana a semana, como la producción de mi columna semanal De adicto a ADICTO, me permite, aprender sobre esta multifacética, enfermedad, comprenderla y respetarla, reconocer que somos una sociedad en decadencia, cuyo termómetro principal son las crisis existenciales en los hogares, hoy puedo afirmar que un adicto nace y se hace en su hogar, que el adicto no habrá de recuperarse, mientras regrese a los viejos moldes de su casa y viva el conflicto emocional, sin que sea pretexto, a veces se enferma más la esposa y la familia, que el mismo adicto, quien, a veces va a grupo, a calentar la banca, regresando sin romper con los viejos moldes, que son las emociones torcidas, las conductas toxicas que lo empujaron a la compulsión de las adicción, el adicto, no quiere y no puede salir del laberinto de las arenas movedizas, debido a sus pésimas y nefastas conductas toxicas, dominadas por su mediocridad, por su gran vacio de honestidad consigo mismo.-