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¿Encuestas patito?

Hay una parte de la oposición convencida de que Xóchitl Gálvez ganará la elección. Las encuestas no lo muestran, dicen, porque están mal hechas. Son patito.

Sus argumentos regularmente son cinco. Discutiré cada uno y por qué pienso que no se sustentan:

¿Encuestas patito?

1. Muchas personas no responden a los encuestadores cuando les tocan la puerta, por tanto, las encuestas no sirven.

Es verdad que mucha gente no abre la puerta a los encuestadores. Las encuestas suelen tener una "tasa de rechazo" del 36%, lo que significa que, el 36% de las veces, el encuestador toca a la puerta y no logra encontrar quién conteste su encuesta.

Sin embargo, eso no vuelve a las encuestas inútiles. El proce-

dimiento es sustituir a quien no contestó con un vecino de la misma sección electoral. La substitución es un mecanismo aceptado porque los vecinos suelen compartir características socioeconómicas y por tanto, preferencias políticas.

Aún más importante, lo que llamamos "encuestas" no son solo encuestas. Son el producto de ponderar encuestas y muchas otras variables (i.e. resultados de elecciones anteriores, tasas de participación estimadas y cambios poblacionales). Es decir, lo que llamamos "encuestas" son en realidad modelos de inferencia del voto. Esto es importante porque los modelos son menos susceptibles de sesgarse por las tasas de rechazo aun si estas son altas.

2. La clase media y alta no responde a las encuestas, por tanto, las encuestas están subestimando el voto por Xóchitl.

Es verdad que la clase media y alta responde menos a las encuestas. También es cierto que, en algunos Estados, como Ciudad de México, la clase alta y media vota menos por Morena.

Sin embargo, no es así en todos. En Jalisco, por ejemplo, votan por MC. Más aun, en México, la clase alta y media es muy escasa. Con datos de la Medición Integrada de la Pobreza yo estimo que, para vivir en una colonia de alto poder adquisitivo o en una cerrada, es necesario pertenecer al 15% más rico de la población. Estos son muy pocos votos.

Considerando que solo el 60% de la población adulta vota, estamos hablando de 8 puntos porcentuales. Aun asumiendo que la totalidad de esos votos fueran al PRI-PAN, Xóchitl seguiría abajo en las encuestas. Más aún, como yo he mostrado en mis propios estudios, existen morenistas de clase alta. No todos son votantes de Gálvez.

3. Las encuestas mienten, porque se venden al mejor postor.

Es verdad que algunas lo hacen. Otras no, pero simplemente 

tienen modelos de inferencia errados. Ejemplos de errores abundan. Por ejemplo, en la última elección federal del 2021, la encuestadora INDEMERC decía que Morena-PT-PVEM obtendrían el 54% de los votos (mayo 2021). Se equivocaron por 11 puntos. En Edomex, la encuestadora Votia predecía que Morena-PT-PVEM ganaría por 28 puntos (mayo 2023). Se equivocaron por 20 puntos.

Sin embargo, la realidad es que cuando la mayoría de las encuestas apuntan a un ganador rara vez se equivocan. En la elección federal del 2021 y del Estado de México, todas las encuestas levantadas en mayo identificaban de forma correcta al ganador. Más aún, las encuestas en su mayoría fueron acertadas. En la elección federal del 2021, 7 de 9 encuestas dieron resultados acordes con los resultados oficiales. En el caso del Estado de México, 10 de 14 encuestas lo hicieron.

4. Las encuestas no pueden predecir qué pasa el día de la elección porque la participación puede cambiar.

Es verdad que la participación puede cambiar. Las movilizaciones e incluso la compra de voto pueden influir en los resultados. También es cierto que el PRI-PAN es más efectivo movilizando que Morena.

Sin embargo, aun el movilizador más astuto tendría dificultades para cambiar un resultado de dos dígitos de distancia como el que se predice entre Morena y el PRI-PAN. Más aún, es mentira que la participación siempre aumenta el voto opositor. Mis modelos muestran que cuando la participación aumenta, el voto por el PRI-PAN aumenta en CDMX, pero no así en el resto del país. Fuera de Ciudad de México, en la mayoría de los Estados los aumentos en participación benefician a Morena.

5. Las encuestas muestran que Sheinbaum tendrá más votos en 2024 de los que López Obrador tuvo en 2018, esto es ilógico, y muestra que las encuestas están equivocadas.

Veamos los datos: en 2018 había 89 millones de mexicanos con posibilidad de votar, de los cuales sólo el 63% lo hizo. Entre los votantes, López Obrador obtuvo el 53% de los votos, es decir, 30 millones.

En 2024 hay 99 millones de posibles votantes. Supongamos que vota el 58%. Menos que en 2018, porque la elección es menos interesante. De ser el caso y asumiendo que, como muestran los polls de polls, Sheinbaum obtuviera el 57% del voto, Morena obtendría 33 millones de sufragios; es decir, tres millones más que los que López Obrador tuvo en 2018.

Que Sheinbaum obtenga tres millones de votos más que López Obrador no es descabellado. A diferencia de 2018, cuando Morena no gobernaba ni un solo estado, ahora gobierna en 21 y es el partido con mayores recursos de todo el país. La fuerza de Morena es muy superior a la de 2018.

Por supuesto que las encuestas no son perfectas y nunca lo han sido. Sin embargo, cuando, como es el caso en esta elección, la mayoría da por victoriosa a la misma coalición y lo hace con 

diferencias de dos dígitos, lo más sensato es creer que las encuestas dicen algo cierto.