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'Banquetas angostas' y un colegiado

Cuando el Presidente López Obrador, les reconocía en lo cortito a los periodistas de Tamaulipas, su trabajo por los riesgos que esto implica trabajar en esta entidad, no solo es por trabajar en un contexto por el tema de la inseguridad o particularmente por la delincuencia.

Por esta última parte, hay varios lamentables casos, como la muerte de Antonio de la Cruz (29-Junio-2022), pero antes la de Héctor González (29-Mayo-2018) y Carlos Dominguez (13-Enero-2018).

Banquetas angostas y un colegiado

Esas últimas muertes resonaron en el país, impactaron y desde luego que se reclamaron al poder, pero el peligro más constante que hoy enfrenta el periodismo, es la intolerancia de quienes están en el poder ejecutivo, legislativo y judicial, sin pasar por alto a los ayuntamientos.

Hoy, aunque existan elementos de prueba cuando se denuncia el acoso, el hostigamiento, la corrupción de un Magistrado, un funcionario de gobierno o legislador, la primera reacción es la intimidación al reportero.

Cuando se hace una denuncia pública, es evidente que deben existir elementos de prueba que debe tener un periodista, es criticable si eso no se tiene y se hace el señalamiento.

Pero cuando hay elementos y se revela la información, quienes están involucrados, desde el gobierno de Egidio Torre, Francisco García Cabeza de Vaca particularmente, los reclamos a la prensa han sido amenazantes. El Gobierno de Américo Villarreal, no ha registrado un acto de reproche, reclamo o intimidación a los periodistas.

Pero en poderes como el Tribunal Electoral del Estado de Tamaulipas, en el Poder Judicial en el periodo de Horacio Ortíz Renan y una larga lista de alcaldes, han aplicado actos de intimidación a los medios de comunicación.

Recientemente, el Fiscal Especializado en Combate a la Corrupción Raúl Ramírez, obtuvo un amparo para atajar el trabajo de los medios, en su derecho a la libertad de expresión, para que no lo mencionaran en 'algunos' medios de comunicación porque lo dañaban emocionalmente.

Más atrás, lo hacia Javier Castro Ormachea, también en la Fiscalía Anticorrupción y decidió, en una etapa de su labor, no dar información en sus entrevistas lo que resultaba inútil preguntarle algún tema, porque anteponía el proceso de la investigación y el debido proceso, e incluso, era inútil hablar de forma general sobre el resultado de su trabajo.

Una de las cosas que han sido muy delicadas, en la práctica diaria de esta profesión es que, cuando el PAN se siente ofendido o criticado por un trabajo, es porque el periodista ha sido enviado por Morena o por el PRI, pero si los ofendidos son los morenistas entonces es porque eres un periodista que sirves a los panistas, y lo mismo lo piensan los priistas, sobre todo ellos, que ahora están enfundados en una vestimenta del panismo y en ese partido, está quedando solo la realeza.

El verdadero peligro que enfrenta el periodista en lugares como Tamaulipas, es la misma clase política intolerante y en particular, cuando leen a quienes no son cómodos.

López Obrador, les dijo el jueves 7 de marzo a los periodistas que lo rodearon, para tomarse una fotografía, que "hacer periodismo en la Ciudad de México es peligroso, pero no tanto como en Tamaulipas, aquí las banquetas son más angostas, los felicito".

Uno de los recuentos que hizo la Asociación de Periodistas desplazados entre el año 2000 al 2018, revelaba una lista de 26 periodistas asesinados y blogueros en Tamaulipas.

La lista la encabeza Luis Roberto Cruz Martínez de Reynosa, Pablo Pineda (Matamoros); SanAntonio Martínez Gutiérrez (Matamoros); Felix Alfonso Fernández (Miguel Alemán); Roberto Javier Mora García (Nuevo Laredo); Francisco Arratia Saldierna (Matamoros); Dolores Guadalupe García Escamilla (Nuevo Laredo); Julio César Martínez Pérez (Reynosa); Ramiro Tello Contreras (Nuevo Laredo); Francisco Ortiz Monroy (Camargo); José Luis Villanueva (Ciudad Victoria); Miguel Angel Domínguez (Reynosa); Pedro Arguello (Reynosa).

Así como David Silva (Reynosa); José Navarro Valdez (Reynosa); Guillermo Martínez Alvarado (Reynosa); Carlos Alberto Guajardo (matamoros); Misael Esparza (Abasolo); Sean (Nuevo Laredo); Victor Manuel Calzado (Ciudad Victoria); Mario Chavez Jorge (Ciudad Victoria); Benjamín Galván (Nuevo Laredo); Adrian Gaona del Monte (Reynosa); Maria del Rosario Fuentes Rubio (Reynosa); Samira Esther Bautista (Ciudad Victoria); Carlos Dominguez (Nuevo Laredo); Héctor González Antonio (Ciudad Victoria).

El poder por el poder 

Según se lee en la página del tribunal, hay una sala colegiada integrada por los magistrados Gloria Garza, Jorge Durham y Javier Castro.

Este último un impresentable, visto desde el ex gobernador Eugenio Hernández Flores quien ha traído viejos recuerdos por la persecución que vivió por uno los fieles colaboradores del ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca.

Pero además a su paso por cualquier responsabilidad pública, ha dejado una estela de daños que según sus adversarios ha practicado extorsiones, amenazas, acoso laboral, insultos, despidos injustificados, y cualquier otra manifestación de complejos llevada hacia aquellos sobre quienes puede ejercer autoridad. 

La pregunta es, si sus compañeros magistrados, siguen esa misma línea, de manera individual sabemos que la magistrada Gloria no, según cuentan quienes la rodean porque su formación, sus bases políticas y laborales la han colocado con un nivel que sorprende, solo hay que ver cómo se convirtió en una prioridad para resolver los temas más complejos del pasado; sabemos que Durham tampoco, de acuerdo a quiénes lo han visto crecer como profesionista, pero hay un momento en que son uno mismo, y esto es en la sala colegiada.

Sería interesante saber si el perfil tiránico del impresentable magistrado Castro, se impone sobre sus compañeros magistrados, o, ellos mantienen su personalidad cuando se integran en un solo cuerpo colegiado.

Esto no sería relevante sino porque es en esa sala colegiada en donde se resuelve el destino de la vida de las personas que presentan impugnaciones en contra de las sentencias de los jueces, como fue el caso de Eugenio Hernández, quien tuvo que resolver su proceso simulado hasta la justicia federal.