Ofrece la Villita Cultural de Gamcheon
Una vista digna de una postal
La ostentosa ciudad metropolitana de Busan, al sureste de Corea del Sur, guarda entre sus colinas un tesoro artístico: la Villita Cultural de Gamcheon.
Esta vista, digna de una postal, es el preludio de las joyas que esconde entre sus callejuelas. A medida que la distancia se acorta, la mancha de tonalidades pastel cobra forma hasta descubrir decenas de casitas en hilera, ataviadas con vistosos murales y esculturas: uno tiene la sensación de estar dentro de una pintura o una obra de arte.
"Bienvenidos a la Machu Picchu coreana", dice atinadamente Hye-Min Yoon, nuestra guía en el recorrido por esta pequeña ciudad.
Pero el atractivo de Gamcheon no yace sólo en su arquitectura, sino también en su interminable vocación artística, que se puede rastrear en la historia misma del pueblo, contada en la primera parada de nuestro recorrido: The Little Museum. Para reconocerlo basta ubicar la casita que está pintada con un paisaje de Gamcheon.
Taegeukdo, nombre inicial de la villita, fue formada en 1958 por un grupo de 4 mil refugiados que estaba huyendo de la Guerra de Corea, la cual se desarrolló principalmente al norte del país.
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Por la situación económica de los refugiados se explica la sencillez y reducido tamaño de las casitas, y, por las creencias taoístas de esos primeros habitantes, se entiende la peculiar distribución de las viviendas: en hilera y acomodadas de tal forma que ninguna obstruye la vista de la otra.
En su primera gran etapa de esplendor, la ahora llamada Gamcheon llegó a tener hasta 20 mil habitantes.
Sin embargo, a medida que Corea fue prosperando económicamente, la gente comenzó a irse y la población cayó casi a la mitad, dejando muchas de las casitas desocupadas.
Ante esta situación, las autoridades y pobladores decidieron aprovechar las características de la villita y su valor histórico y, en 2009, comenzaron el Village Art Proyect.
Éste consistió en convocar a pintores, escultores y artistas coreanos y ofrecerles residencia o el establecimiento de un estudio a cambio de que reinventaran el lugar, apoyándose en los pobladores, que ajustaron sus actividades a las necesidades de la nueva villa artística.
Gamcheon se convirtió entonces en el imán turístico que hoy es, en una nueva etapa de esplendor.