Adán Augusto enfrenta nuevos señalamientos
Las acusaciones sobre conflictos de interés han aumentado desde su llegada al Senado.
Adán Augusto López Hernández está en el centro de una mesa. A su espalda, el escudo de México, con una leyenda debajo: Senado de la República. Comienza relajado, dando sus explicaciones sobre la revelación periodística de que recibió ingresos de cuatro millones de dólares por empresas mientras era servidor público sin reflejarlo en sus declaraciones patrimoniales. Poco a poco, a medida que los reporteros presentes lo cuestionan, el rostro de Adán Augusto se tensa. También su voz, que muta de lo afable a la agresividad.
—¿No es un conflicto de interés si una de estas empresas recibió contratos públicos cuando usted era gobernador de Tabasco, y después, cuando aspiró a ser candidato a la presidencia, le depositó sumas millonarias?
—No actúe usted de manera dolosa, no hay ningún conflicto de interés —espetó Adán Augusto mientras apuntaba con el dedo índice—. No mienta.
Esta hora larga de intercambios, obligado por las palabras de la presidenta Claudia Sheinbaum —" que aclare el senador"—, es lo más parecido a una entrevista que ha dado el líder de Morena en la cámara alta en las últimas semanas desde que su nombre comenzó a sonar en varios escándalos.
¿Qué ocurrió?
Adán Augusto saltó a la política nacional en agosto de 2021, cuando su paisano y valedor, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, lo convocó a la capital para convertirlo en su segundo secretario de Gobernación, su principal operador político y una figura de mucho peso. Antes había sido estudiante adinerado en París, subsecretario en gobiernos tabasqueños del PRI, notario, coordinador de la campaña a gobernador del priista Manuel Andrade, secretario general del PRI en Tabasco, coordinador en Tabasco en la primera campaña presidencial de López Obrador en 2006, diputado y senador por el PRD y en 2014 escaño tránsfuga a Morena, miembro del club de corredores del parque de La Choca y gobernador de Tabasco por dos años y siete meses desde enero de 2019. Una carrera política clásica entre las élites mexicanas —de su pandilla de amigos, tres han sido gobernadores—, con escándalos y pecados que EL PAÍS reconstruye hablando con amigos, conocidos, adversarios y compañeros de partido.
¿Cuál fue la respuesta de las autoridades?
Los señalamientos se le acumulan desde septiembre. Le critican la designación del hampón Hernán Bermudez como secretario de Seguridad en Tabasco, por los sustanciosos contratos de obra pública recibidos por sus amigos, los pagos multimillonarios de particulares cuando era servidor público o por las inconsistencias de su declaración patrimonial. La primera sospecha sobre Adán Augusto se remonta a 1992, cuando recibe su primer cargo político.
