El tiroteo impulsa nueva ofensiva anti inmigrante
Washington vive conmoción tras la muerte de una guardia nacional
El presidente Donald Trump prometió "detener permanentemente la migración" desde las naciones más pobres en un feroz discurso publicado en redes sociales.
El presidente Donald Trump endureció nuevamente su discurso anti inmigrante tras el tiroteo que dejó a una integrante de la Guardia Nacional muerta y a otro soldado gravemente herido en Washington. En un mensaje difundido la noche de Acción de Gracias, el mandatario prometió "detener permanentemente la migración" desde países pobres y arremetió contra extranjeros asentados en Estados Unidos.
¿Qué ocurrió?
El ataque, presuntamente cometido por un afgano de 29 años que ingresó al país bajo un programa de reasentamiento tras la retirada estadounidense de Afganistán, desató una oleada de acusaciones por parte del presidente. Aunque no mencionó directamente el caso en su publicación, Trump exigió reexaminar a todos los refugiados afganos admitidos durante el gobierno de Joe Biden.
¿Cuál fue la respuesta de las autoridades?
En su mensaje publicado en redes sociales, el presidente afirmó que la mayoría de los inmigrantes "provienen de naciones fallidas, prisiones o pandillas", pese a que múltiples estudios han demostrado que los extranjeros cometen menos delitos que los ciudadanos estadounidenses. Investigaciones recientes apuntan a que los inmigrantes tienen hasta 60% menos probabilidades de ser encarcelados.
El discurso presidencial también incluyó propuestas para retirar beneficios federales a no ciudadanos, desnaturalizar a personas "que socaven la tranquilidad doméstica" y deportar a quienes considere incompatibles con "la civilización occidental". La Casa Blanca calificó la publicación como "uno de los mensajes más importantes" emitidos por Trump.
¿Qué consecuencias dejó el hecho?
La retórica se intensificó mientras el sospechoso del ataque, Rahmanullah Lakanwal, permanece bajo custodia con heridas no letales. La soldado Sarah Beckstrom, de 20 años, murió el jueves, mientras que el sargento Andrew Wolfe continúa en estado crítico, según autoridades.
