Explosión mortal pone en duda futuro de planta

Personal de emergencias acude a las instalaciones de Clairton Coke Works tras una explosión en la planta coquizadora de US Steel, el lunes 11 de agosto.
HARRISBURG, Pensilvania
La explosión fatal ocurrida la semana pasada en la planta de procesamiento de carbón de U.S. Steel en el área de Pittsburgh ha reavivado el debate sobre su futuro justo cuando la icónica empresa estadounidense salía de un largo período de incertidumbre.
La prosperidad de la siderurgia en Estados Unidos —junto con las ganancias, los precios de las acciones y los precios del acero—, se ha visto impulsada durante años de gobiernos en Washington que le han sido favorables e impusieron aranceles a las importaciones extranjeras y reforzaron las demandas comerciales anticompetitivas de la industria contra China.
Más recientemente, el gobierno del presidente Donald Trump pospuso nuevos requisitos para mitigar la contaminación atmosférica peligrosa para las aproximadamente 12 plantas de coque del país, como Clairton, y aprobó la adquisición de U.S. Steel por la siderúrgica japonesa Nippon Steel por casi 15.000 millones de dólares.
La prometida inyección de efectivo de Nippon Steel ha generado promesas de que la siderurgia continuará en Mon Valley, un valle fluvial al sur de Pittsburgh que es sinónimo de la industria siderúrgica desde hace mucho tiempo.
“Estamos invirtiendo dinero aquí. Y no habríamos cerrado el trato con Nippon Steel si no estuviéramos absolutamente seguros de que vamos a tener un futuro duradero aquí en Mon Valley”, declaró David Burritt, director ejecutivo de U.S. Steel, en conferencia de prensa al día siguiente de la explosión.
“Pueden contar con que estas instalaciones seguirán en operación durante mucho, mucho tiempo”.
¿Cambiará algo la explosión?
La explosión mató a dos trabajadores y hospitalizó a 10 con una explosión tan potente que tomó horas encontrar a dos trabajadores desaparecidos bajo chatarra humeante y escombros calcinados. La causa está bajo investigación.
La planta se considera la mayor operación de coquización en Norteamérica y, junto con un alto horno y un tren de acabado río arriba del Monongahela, es una de las pocas operaciones integradas de producción de acero que aún quedan en Estados Unidos.
Ahora, la explosión podría poner a prueba la determinación de Nippon Steel de apuntalar la planta de Clairton, de casi 110 años de antigüedad, o al menos obligarla a gastar más de lo que había anticipado.
