Los cinco países que más remesas recibieron en el 2021
Entre las economías donde los flujos de remesas representan un gran porcentaje del PIB se encuentran el Líbano (54%), Tayikistán (34%), República Kirguisa (33%) y Samoa (32%), de acuerdo con un informe del Banco Mundial
Los cinco países que más remesas recibieron en 2021 fueron India, México, China, Filipinas y Egipto. Entre las economías donde los flujos de remesas representan un gran porcentaje del PIB se encuentran el Líbano (54%), Tayikistán (34%), República Kirguisa (33%) y Samoa (32%), de acuerdo con un informe del Banco Mundial.
REPORTE
Publicado en mayo de 2022, el reporte denominado “Reseña sobre migración y desarrollo”, previó que los flujos de remesas registrados oficialmente con destino a los países de ingreso bajo y mediano aumentarán un 4,2 % este año, hasta llegar a los 630 mil millones de dólares. Esto ocurre luego de una recuperación casi récord de 8,6 % en 2021.
Indicó que se esperaba que las remesas hacia Ucrania, el mayor receptor de Europa y Asia central, aumentaran más del 20% este año. Sin embargo, los flujos de remesas a muchos países de Asia central, cuya fuente principal es Rusia, caerán de manera drástica.
Estas disminuciones, combinadas con el aumento en los precios de los alimentos, los fertilizantes y el petróleo, pueden generar un incremento en el riesgo para la seguridad alimentaria y exacerbar la pobreza en muchos de estos países.
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“La invasión rusa de Ucrania desató una crisis humanitaria, de migración y de refugiados a gran escala y generó riesgos para una economía mundial que aún lidia con los efectos de la pandemia de COVID-19”, dijo el director global de la Práctica Global de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial, Michal Rutkowski.
“La invasión rusa de Ucrania desató una crisis humanitaria, de migración y de refugiados a gran escala y generó riesgos para una economía mundial que aún lidia con los efectos de la pandemia de COVID-19”, dijo el director global de la Práctica Global de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial, Michal Rutkowski.
La prioridad más importante para proteger a las personas contra la amenaza de la inseguridad alimentaria y el aumento de la pobreza consiste en fomentar los programas de protección social tendientes a proteger a los más vulnerables, como los ucranianos y las familias de Asia central, y también a la población afectada por el impacto económico de la guerra”, añadió.
Señaló que, durante 2021, los flujos de remesas mostraron un marcado incremento en América Latina y el Caribe (25.3%), África subsahariana (14.1%), Europa y Asia central (7.8%), Oriente Medio y Norte de África (7.6%) y Asia meridional (6.9%). Las remesas con destino a Asia oriental y el Pacífico disminuyeron un 3.3 %, aunque si se excluye a China, registraron un aumento del 2.5 %. Sin incluir a China, los flujos de remesas constituyen la principal fuente de financiamiento externo de los países de ingreso bajo y mediano desde 2015.
“Por un lado, la crisis de Ucrania desvió la atención política mundial de otras regiones en desarrollo y de la migración económica. Por otro lado, reforzó los argumentos en apoyo a las comunidades de destino que experimentan una gran afluencia de inmigrantes”, señaló Dilip Ratha, autor principal del informe sobre migración y remesas y jefe de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (KNOMAD).
- “Mientras la comunidad mundial se prepara para reunirse en el Foro de Análisis de la Migración Internacional, debería examinarse seriamente la posibilidad de crear un Mecanismo de Financiamiento en Condiciones Concesionarias para la Migración para apoyar a las comunidades de destino. Mediante este mecanismo, también se podría brindar apoyo financiero a las comunidades de origen que experimentan el fenómeno de migración de retorno durante la crisis de la COVID-19”, añadió.
A nivel mundial, el costo medio para enviar 200 dólares se situó en un 6% en el cuarto trimestre de 2021, lo cual representa más del doble del 3%, la meta establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), según la base de datos sobre los precios de las remesas en el mundo que mantiene el Banco. La región más barata a la que enviar dinero es Asia meridional (4.3%), en tanto que la más costosa es África subsahariana (7.8%).
Indicó que los costos para enviar dinero a Ucrania son altos (7.1% desde República Checa, 6.5% desde Alemania, 5.9% desde Polonia y 5.2% desde Estados Unidos). La guerra en Ucrania también afectó a los sistemas internacionales de pago y repercutió en los flujos de remesas transfronterizos. La exclusión de Rusia del sistema bancario SWIFT agregó una dimensión de la seguridad nacional a la participación en los sistemas internacionales de pago.
“La reducción de las comisiones por el envío de remesas en 2 puntos porcentuales generaría posiblemente USD 12 000 millones en ahorros anuales para los migrantes internacionales provenientes de los países de ingreso bajo y mediano, y USD 400 millones para los migrantes y refugiados de Ucrania”, agregó Ratha.
“Sin embargo, es probable que los sistemas de pago transfronterizos se vuelvan multipolares y menos interoperables, lo que desaceleraría los avances en materia de reducción de las comisiones por el envío de remesas”.
Los flujos de las remesas con destino a la región de Asia Oriental y el Pacífico cayeron un 3.3% luego de una disminución del 7.3% en 2020. Los flujos alcanzaron los 133 mil millones de dólares, en 2021 y se acercaron a los niveles de 2017.
Sin incluir a China, las remesas en la región aumentaron un 2.5% en 2021. Las remesas enviadas a Filipinas se beneficiaron de la creación de empleos y los aumentos de los salarios en Estados Unidos, donde vive una gran cantidad de migrantes filipinos. Entre las economías en las que los flujos de remesas constituyen un porcentaje alto de su PIB se encuentran Tonga, Samoa, las Islas Marshall, Filipinas y Fiji.
Sin incluir a China, se prevé que en 2022 los flujos de remesas aumentarán un 3.8%. El costo promedio para enviar 200 dólares a la región se redujo hasta situarse en un 5.9% en el cuarto trimestre de 2021 en comparación con el 6.9% registrado un año antes.
Las entradas de remesas a Europa y Asia Central aumentaron un 7.8% en 2021, cuando alcanzaron niveles históricos de 74 mil millones de dólares. En gran medida, el aumento fue el resultado de la actividad económica más sólida de la Unión Europea y el repunte de los precios de la energía. En 2021, Ucrania recibió remesas por 18 mil 200 millones de dólares, impulsadas por las recibidas desde Polonia, el destino principal de los trabajadores migrantes de Ucrania.
Las transferencias personales constituyen una fuente fundamental de financiamiento y crecimiento para las economías de Asia central, cuya fuente principal es Rusia. En 2021, como porcentaje del PIB, la recepción de remesas en Tayikistán y la República Kirguisa fue del 34 % y 33 %, respectivamente. Las proyecciones a corto plazo para las remesas hacia la región, para las que se prevé una caída del 1.6 % en 2022, son muy inciertas y dependen de la escala de la guerra en Ucrania y las sanciones que se impongan a los pagos salientes de Rusia. Por el contrario, se prevé un crecimiento superior al 20 % en los flujos de remesas hacia Ucrania en 2022.
Los flujos de remesas hacia América Latina y el Caribe aumentaron a 131 mil millones en 2021, lo cual representa un incremento del 25.3 % con respecto a 2020, a causa de la fuerte recuperación del empleo de los trabajadores extranjeros en Estados Unidos. Entre los países que registraron tasas de crecimiento de dos dígitos se encuentran Guatemala (35%), Ecuador (31%), Honduras (29%), México (25%), El Salvador (26%), República Dominicana (26%), Colombia (24%), Haití (21%) y Nicaragua (16%). Los flujos registrados hacia México incluyen fondos que recibieron los migrantes en tránsito provenientes de Honduras, El Salvador, Guatemala, Haití, Venezuela, Cuba y otros países.
En 2022, se estima que las remesas crecerán un 9,1%, aunque persisten los riesgos de deterioro. En general, el costo medio para enviar USD 200 a la región se mantuvo en 5,6 % durante el cuarto trimestre de 2021, sin cambios en comparación con el porcentaje registrado un año antes.
Las remesas enviadas a los países en desarrollo en la región de Oriente Medio y Norte de África crecieron un 7.6% en 2021 hasta alcanzar los 61 mil millones, impulsadas por los sólidos aumentos en Marruecos (40%) y Egipto (6.4%). Los factores que respaldaron los flujos fueron el crecimiento económico en los países anfitriones de la Unión Europea y la migración en tránsito que impulsó aún más la afluencia hacia países anfitriones temporales como Egipto, Marruecos y Túnez. En 2022, es probable que los flujos de remesas reduzcan su aumento al 6 %.
Las remesas hacia Asia meridional aumentaron un 6,9 % en 2021, hasta llegar a los 157 mil millones de dólares. Aunque una gran cantidad de migrantes de Asia meridional regresaron a sus países de origen al comenzar la pandemia a principios de 2020, la disponibilidad de vacunas y la apertura de las economías del Consejo de Cooperación del Golfo permitieron un retorno gradual a los países anfitriones en 2021, lo que incrementó los flujos de remesas.
Las entradas de remesas en África subsahariana se dispararon un 14.1% hasta los 49 mil millones en 2021, tras un aumento del 8.1% en el año anterior. La sólida actividad económica en Europa y Estados Unidos respaldaron el crecimiento de las remesas. Las entradas de remesas registradas en Nigeria, el país que más recibe en la región, aumentó un 11.2%, en parte, gracias a las políticas destinadas a canalizar las entradas a través del sistema bancario.
Los países que registran tasas de crecimiento de dos dígitos son Cabo Verde (23,3 %), Gambia (31 %) y Kenya (20,1 %). Los países donde los flujos de remesas representan un porcentaje importante del PIB incluyen a Gambia (27 %), Lesotho (23 %), Comoras (19 %) y Cabo Verde (16 %). Se prevé que en 2022 los flujos de remesas aumentarán un 7,1 %, a causa de la constante adopción de los canales oficiales en Nigeria y el aumento de los precios de los productos básicos.
El reporte señaló que es probable que los migrantes envíen más dinero a sus países de origen donde, en la actualidad, se producen aumentos extraordinarios en los precios de los alimentos básicos.