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Nos comparten interesante tema

Arnoldo Gárate de la Sociedad de Historia de Reynosa habla sobre Platón y La Paz de las ciudades

El miembro activo de la Sociedad de Historia de Reynosa nos compartió Hilvanes Históricos, Platón y La Paz de las Ciudades, escrito que realizó de gran interés y a continuación se los presentamos.

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La inseguridad que priva en muchas ciudades mexicanas y  extranjeras también, fue analizada y comentada desde hace más de dos mil años por el filósofo griego al que conocemos como Platón.

Su nombre original fue Aristocles Podros y sus amigos lo apodaron “Platón” por sus anchas espaldas que desarrolló en su juventud practicando el atletismo. Platón era de estirpe aristocrática. Su padre se llamaba Aristón, pariente de Codro, que fue Rey de Atenas y su madre Perictione de la familia del legislador Solón.

En aquella época, como en la actual, había grande competencia en el comercio internacional y se suscitó una gran guerra entre las potencias económicas Esparta y Atenas, que ha sido llamada las Guerras del Peloponeso que tuvo lugar entre los años 431-404 a.C.- Peloponeso significa “isla de Pélope” y así se denomina una península al sur de Grecia dividida en otras islas menores unidas al continente por el Istmo de Corinto.

Platón, en edad militar, se enroló en el ejército de Atenas y participó en dicha guerra en la cual Atenas resultó perdedora y todo el poder político y económico que Atenas ostentaba, pasó a manos de Esparta. 

Cuando las cosas se calmaron, Platón a los 21 años de edad, conoció al filósofo Sócrates y se incluyó en el círculo de alumnos seleccionados a quienes el filósofo daba clases. Así se inició la increíble tríada de notables filósofos griegos Sócrates-Platón-Aristóteles que nunca se ha repetido en toda la historia.

A Sócrates se le considera un genio y lo fue. Él aplicaba su método para que las personas se conocieran a sí mismas. Lo llamó “mayéutico” y consistía en hacer preguntas a su interlocutor obligándolos a encontrar ellos mismos sus propias contradicciones. 

Fue acusado por el Senado de atacar a los Dioses y corromper a la juventud y condenado a beber la cicuta. En sus memorias Platón manifiesta que estuvo presente en el juicio seguido a Sócrates, no así en su ejecución.  

De Sócrates no se conoce haya dejado algún escrito. Pero Platón redactó el libro “Diálogos” en los que deja constancia de los pensamientos de su maestro y que constituyen el mejor monumento a su gloria.

Platón, tal vez anonadado por la injusta muerte de su maestro, viajó a Megara ciudad de la antigua Grecia en el Ática, por un tiempo, en donde comenzó a escribir sus diálogos filosóficos. 

Posteriormente, continuó viajando extensamente por Italia, Egipto, Cirene y Sicilia donde conoció a importantes personajes como Arístipo, al matemático Teodoro de Cirene (Cirene estaba en la costa de África), a Dionisio I El Viejo, tirano de Siracusa, donde se interesó en el estudio de las formas de gobierno que al criticarlas severamente fue puesto en prisión. 

Liberado y de regreso a Grecia, su barco fue detenido en Egina que estaba en guerra con Atenas, hecho prisionero y vendido como esclavo. Puesto en libertad por Aníceris de Cirene que lo reconoció, Platón terminó su viaje a su ciudad natal y adquirió una finca campestre donde estableció una escuela especializada en los estudios filosóficos a la que llamó Academia, donde estudió Aristóteles, entre otros notables de la filosofía.

Son muchas las ideas expresadas por Platón en sus libros sobre todo en sus “Diálogos” en los que pone en boca de su maestro, Sócrates, lo aprendido de él. Con el paso del tiempo, Platón expresa sus propias ideas y se va alejando de las de su maestro. 

En sus escritos, Platón plasma sus conceptos sobre las diversas formas de gobierno. 

Examina la aristocracia (gobierno de la nobleza), la timocracia (gobierno de los ricos), la oligarquía (gobierno de unos pocos) y la tiranía (dictadura). 

El Estado ideal. Algunas de sus más famosas teorías políticas están expuestas en La República, en la que establece que lo más importante en la ciudad y en el hombre, es la Justicia. Por tanto, el Estado ideal estará basado en una necesidad ética de la Justicia. La Justicia se logrará a partir de la armonía en las diferentes clases sociales. 

Para Platón, el Estado ideal se lograba con una estructura tripartita de clases la que correspondía según el apetito, el espíritu y la razón de cada individuo: trabajadores, guerreros o guardianes, gobernantes o filósofos. Estos últimos deben ser los inteligentes, racionales, apropiados para tomar decisiones para la comunidad. En lugar de la retórica y el discurso, Platón dice que la razón y la sabiduría son las que deben gobernar. Esto no va con la tiranía, el despotismo o la oligarquía. Que el Estado Ideal es en gran medida, un ente dedicado a la educación del pueblo. 

Hasta que los dirigentes o líderes puedan filosofar debidamente, hasta que el poder político y el filosófico concuerden; mientras que se busque uno solo de estos poderes exclusivamente, las ciudades no tendrán paz, ni tampoco la raza humana en general. Fin



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