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¡NO LOS SUBESTIMEN!

Con un plantel repleto de estrellas millonarias, Francia asoma como la gran favorita en la final del Mundial. Para el defensor Dejan Lovren, ese es el escenario ideal para enfrentar la cita más trascendental en la historia del fútbol croata.

Moscú, Rusia

HISTÓRICOS. Ahora que el equipo de 2018 ha superado a los semifinalistas de 1998, Lovren y Croacia buscan escribir una nueva historia.¡NO LOS SUBESTIMEN!

“Nos encanta que nos subestimen”, dijo el defensor croata Dejan Lovren tras la victoria 2-1 en un alargue en la semifinal ante Inglaterra.

Con una población de 4.3 millones y una historia de conflictos, se puede entender esa actitud. Habría que remontarse a la consagración de Uruguay en 1950 para encontrar a un país con tan escaso número de habitantes que se abre paso en la final de la Copa del Mundo.

Los jugadores de la selección croata nacieron justo cuando Croacia se formó como nación independiente tras las guerras que dividieron la ex Yugoslavia al inicio de la década de los 90. Lovren y el volante Luka Modric fueron refugiados en su niñez.

Croacia es un país con una economía inestable. Y su fútbol padece con la violencia de los hinchas, la corrupción y la influencia de la política.

Es un país que hace fuertes a sus deportistas.

La clave de la gran campaña de Croacia, según Lovren, obedece a “nuestra mentalidad”.

“La guerra, todas esas cosas e incluso el actual presente no es el mejor”, dijo. “Es increíble la cantidad de talentos que surgen en nuestro deporte”.

Hace dos años, la participación de Croacia en la Eurocopa de 2016 quedó empañada por los incidentes que sus hinchas protagonizaron en las tribunas al lanzar bengalas a la cancha para protestar contra la dirigencia de la federación nacional. Un año antes, la imagen de una cruz esvástica fue trazada en el césped en el estadio donde enfrentaron a Italia por las eliminatorias de la Eurocopa 2016.

Esos incidentes derivaron en sanciones, pero Lovren confía que este Mundial sirva para propiciar cambios.

“No es solo fútbol, es algo que va más lejos, desafortunadamente”, dijo. “Nosotros, como jugadores, hemos logrado un cambio y todo el mundo está orgulloso en Croacia”.

Pese a la pequeña población de la nación balcánica, es una fértil cantera en muchas disciplinas. Están los tenistas Goran Ivanisevic y Marin Cilic, ambos campeones de torneos de Grand Slam; varios jugadores que destacaron en la NBA; campeones olímpicos en esquí, atletismo y el wáter polo, un deporte muy popular en el país.

Más que nada, Croacia exporta futbolistas de gran calidad, y esta selección incluyendo a estrellas que se destacan en Real Madrid, Barcelona y Juventus.

Hasta ahora, el momento cumbre de Croacia en el fútbol fue cuando alcanzó las semifinales del Mundial de 1998, el primer torneo del país tras declararse independiente.

Los integrantes de ese equipo son ídolos en Croacia. Uno de ellos es Davor Suker, el actual presidente de la federación de fútbol y exdelantero del Real Madrid.

Tras la victoria ante Rusia en los cuartos de final, Suker manifestó que estaría feliz de la vida si Modric le reemplace como el mejor futbolista croata de todos los tiempos.

“¡Yo seré el mejor presidente!”, dijo Suker.

Ahora que el equipo de 2018 ha superado a los semifinalistas de 1998, Lovren y Croacia buscan escribir una historia que eclipsará por completo lo que vivieron de niños cuando las estrellas de la selección se ganaron el cariño del país tras perder ante Francia en una semifinal.

“Apenas tenía nueve años. Recuerdo los gritos de mi mamá, se puso a llorar tras el partido contra Francia”, dijo Lovren. “Después de 20 años, la gente se acordará de nosotros, no solo los del ’98 — y esto es lo que yo aspiraba”.




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