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Nicaragüenses en España se organizan para presionar a Ortega

En Madrid quieren tener presencia diaria en pequeños grupos frente a la Embajada para visibilizar la situación. También piden a los medios internacionales que sigan informando.

Nicaragüenses en España se organizan para presionar a Ortega

La comunidad nicaragüense en España se está organizando para continuar con la presión al Gobierno de Daniel Ortega, que ha reprimido duramente las protestas contra su Gobierno que surgieron a raíz del decreto para reformar el sistema de la Seguridad Social. Después de cinco días de protestas, el mandatario anunció el domingo que retiraría su propuesta, pero las marchas continúan en las calles y las noticias que tienen de sus familiares es que la violencia continúa.

Las acciones seguirán después de las concentraciones celebradas durante el fin de semana en Madrid y Barcelona, indican los manifestantes, que aseguran que se pusieron en contacto a través de las redes y preparan acciones para dar visibilidad al conflicto.

“Vamos a continuar, dado que la situación no parece que vaya a mejorar pronto”, aseguró Eliett Cabezas, que participó el pasado fin de semana en la concentración en la Puerta del Sol en Madrid. En España viven 30.000 nicaragüenses, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). No suelen ser una de las comunidades más activas, pero los últimos días se han puesto en marcha grupos de Facebook y de Whatsapp. “Nos pusimos en contacto mucha gente que no nos conocíamos y hemos quedado enlazados para mantenernos activos con acciones concretas”, asegura.

Con pancartas de Nicaragua es de todos y Fuerza Nicaragua, un pequeño grupo pide el fin de la violencia frente a la Embajada de Nicaragua en la capital de España, mientras en Barcelona han convocado una vigilia en el Arco de Triunfo a las 20:00. En Zaragoza y Bilbao, donde se concentran dos núcleos importantes de nicaragüenses, también se han creado grupos, aunque todavía no han concretado actividades.

Las movilizaciones en España coinciden con la llegada del escritor nicaragüense, Sergio Ramírez, para recoger el Premio Cervantes. Ramírez, que fue vicepresidente de Nicaragua entre 1985 y 1990, en la primera etapa de Daniel Ortega, lució un lazo negro al recoger el premio, que dedicó a “los nicaragüenses asesinados estos días por reclamar justicia”. Durante el fin de semana el escritor se sumó a la concentración convocada en la Puerta del Sol, junto con la escritora nicaragüense Gioconda Belli.

Los nicaragüenses piden solidaridad y están trabajando en acciones como la petición a los habitantes de las ciudades hermanadas con Managua  —como Madrid, Valencia y Hospitalet de Llobregat— envíen cartas a sus Ayuntamientos “pidiendo el cese de la violencia, de la represión y se solidaricen con las víctimas y con las familias de las víctimas, pidiendo explicaciones”. En los últimos días murieron al menos 30 personas durante las protestas.

También se están poniendo en contacto con organizaciones no gubernamentales que trabajan en Nicaragua, como Médicos de Mundo, Oxfam, Fundación Padre Fabretto y Cáritas, entre otras, para que sumen a su causa. “Que se posicionen y nos ayuden a ejercer una presión internacional que en estos momentos consideramos muy necesaria porque el Gobierno está violando los Derechos Humanos delante de todo el mundo”, señala Cabezas, quien relata la angustia de estos días por su familia que está en Nicaragua.

Prensa internacionalEntre sus reivindicaciones está que la prensa internacional siga informando, porque los medios nicaragüenses han sufrido un apagón informativo y las redes sociales se han convertido en su fuente de información. “La mayor cobertura la están haciendo los ciudadanos, y es la primera vez que se da algo así en Nicaragua”. Se están compartiendo cientos de vídeos que están llegando hasta las redacciones de los medios extranjeros.

En Madrid quieren organizarse en pequeños grupos delante de la Embajada para dar visibilidad al problema. Fanny Miranda, originaria de Masaya, que acudió este lunes con dos pancartas con la bandera nicaragüense y claveles blancos. Allí hacía guardia esperando a otros nicaragüenses con los que ha contactado en los últimos días por WhatsApp. En la capital hay al menos dos grupos que suman unos 200 usuarios.

Miranda, que se tomó la mañana libre de trabajo y se define como una persona de izquierdas, dice que protesta porque “aquello que aborrecimos en su momento lo están repitiendo. Entonces, en lo que creía ¿qué es?”, se pregunta, mientras llega una compatriota llamada Estela, a la que no conocía, que se acercó a la Embajada al concluir su jornada cuidando niños. Lleva 10 años en España, pero le “duele lo que está pasando" en su país. Al igual que su compatriota Bermand, quien acudió al terminar la jornada en la que cuida a un anciano y antes de comenzar su trabajo vespertino, para manifestarse “en contra de esta situación”. 




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