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Nadal vence a Dzumhur en Roma

El número dos despacha al bosnio en una hora exacta de juego (6-1 y 6-0) para rubricar su victoria más rápida de esta temporada. Thiem, su rival más sólido en tierra batida, cae a la primera contra Fognini.

Nadal vence a Dzumhur en Roma

Con ganas de pasar rápido página, Rafael Nadal activó el turbo en su estreno en la arena del Foro Itálico de Roma. Sin detenerse un solo segundo en la derrota contra Dominic Thiem en los cuartos de Madrid –“sé lo que hice mal y trataré de cambiarlo esta semana”–, el número dos del mundo resolvió en un chasquido de dedos su compromiso frente a Damir Dzumhur: 6-1 y 6-0, en solo 60 minutos de juego. Hizo lo que quiso Nadal, exprimiendo a su rival desde el inicio, castigando con bola alta y profunda hasta desmoralizar por completo al bosnio, otro más; el primero en pasar por la trituradora en Roma, donde el mallorquín no eleva el trofeo de campeón desde hace cinco años, en 2013.

El curso pasado le puso freno en los cuartos Thiem, ahora fuera de combate tras su derrota contra Fabio Fognini (6-4, 1-6 y 6-3). El austriaco es hoy día el adversario de mayor entidad sobre tierra, el único que le ha conseguido vencer las dos últimas temporadas, de modo que su desaparición del cuadro despeja el trazado hacia la final del domingo. Si antes de comenzar la semana Nadal era el gran favorito, ahora lo es más. Tal vez se pueda imaginar (mucho imaginar, seguramente…) una alternativa en Alexander Zverev, el hombre que más se le resistió en un turno sobre arcilla, pero la candidatura se refuerza con la prematura salida de Thiem y la inexistencia de alternativas fiables.

A Dzumhur, en poco más de media hora (34’), ya le había dado un meneo considerable. Dos roturas consecutivas y una brecha de cinco juegos, con una sola excepción que si la hubo fue en realidad porque el balear no atinó en un revés paralelo que se le fue medio palmo. Ahí, por fin, pudo respirar Dzumhur. Pero solo ahí. Un pequeño presente, pura cortesía. Uno, pero no más, porque en el segundo acto Nadal todavía fue más incisivo y el bosnio, atacado por tierra, mar y aire, hizo aguas por todos lados. Encajó tres roturas más y se marchó colorado, con un marcador aún más abultado que el recibido hace cuatro meses en Australia. Entonces, Dzumhur logró al menos hacerle cinco juegos.

En esta ocasión, una hora exacta de juego. Cuarto 6-0 esta campaña –los anteriores fueron para Thiem, Klizan y Goffin– y la victoria más rápida del español en 2018. La anterior apuntaba al careo con Thiem en Montecarlo, resuelto en 68 minutos. El austriaco melló su confianza en Madrid y lo pagó Dzumhur, el 31 del mundo pero que por momentos pareció más bien un sparring, un tenista de una división muy inferior. Este miércoles, Nadal recuperó la precisión e irrumpió como un expreso en el Foro Itálico, donde recuperaría el número uno si alza el título. No obstante, él se aferra al paso a paso. Ahora, una cita con el prometedor Denis Shapovalov o el veterano Robin Haase. Ellos, y Roma, están sobre aviso: Nadal viene con fuerza.




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