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Nadal gana a Shapovalov

El número dos firma su acceso a los cuartos de Roma con una exhibición al servicio contra el joven canadiense: 6-4 y 6-1, en 1h 22m.

De repente, Rafael Nadal alzó la vista y al otro lado de la red vio algunos trazos de sí mismo, pero 13 años atrás. De repente, el mallorquín vio a un jovenzuelo eléctrico e impetuoso, todo desparpajo, con un golpeo enroscado de zurda y una melena dorada que casi le alcanza hasta los hombros.

Nadal gana a Shapovalov

El marcador, siempre implacable, traza la frontera: 6-4 y 6-1, en 1h 22m. El balear ya pisa los cuartos y el advenedizo se llevó una valiosa lección.

Pinta muy bien el chico, de 19 años, una especie de reproducción (menos musculada) de aquel Nadal adolescente, pero hoy día, y probablemente en un futuro a largo plazo, el margen entre uno y otro es y sea sideral. Gusta Shapovalov al aficionado, estupendo porvenir visto lo visto. Engancha y apunta alto, muy alto; de hecho, ya le batió al manacorí el curso pasado, sobre el cemento de Montreal, truncando entonces su ascensión hacia el número uno. Sin embargo, la jerarquía es la jerarquía y Nadal es Nadal, y hasta que alguien demuestre lo contrario, se trata de un tenista único.

Así que este jueves, en el Foro Itálico romano, Nadal ejerció de Nadal y Shapovalov de Shapovalov; es decir, cada uno permaneció en su sitio y el primero selló el pasaporte hacia los cuartos con una actuación ejemplar. Después de un estreno a toda máquina el día anterior, contra Damir Dzumhur, el de Manacor volvió a aplicarse y después de destrabar un primer parcial complicado esprintó directamente hacia la victoria que le empareja este viernes con Fabio Fognini, superior (doble 6-4) a Peter Gojowczyk en la matinal.

La historia se despejó cuando Nadal, al que no le agrada medirse a rivales zurdos, como él, desenredó el primer set. Le costó, porque Shapovalov (semifinalista en Madrid) replicó y peloteó sin complejos, de tú a tú. Hasta nueve opciones de break necesitó el número dos para desequilibrar el pulso, pero entonces sí, logrado ese primer mordisco, él mantuvo el ritmo y el joven aflojó un punto. ¿Consecuencia? Nadal, soberbio al servicio –80% de efectividad y 90% con primeros; solo cinco puntos cedidos al saque–, le arrebató tres roturas consecutivas en el segundo acto y sentenció por la vía rápida en la soleada tarde romana.

Ahora (12.00, M+D2), el escollo se llama Fognini, con un balance de 10-3 a favor del español. Con la hinchada local arropándole, el italiano (21 del mundo) siempre esconde trampas y los antecedentes invitan a la prudencia: en 2015 le tumbó tres veces, en Río, Barcelona y Nueva York. Eso sí, eran otros tiempos. Entonces, Nadal trataba de sortear un bache que hoy día es historia. Ahora, Nadal es otro Nadal, el Nadal de siempre. Un magnífico espejo para Shapovalov.




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