Murió queriéndola...
Acaba en tragedia una romántica historia de amor
Una romántica historia de amor terminó en tragedia tras de que una mujer acudiera a observar un atropellamiento, por lo que de buenas a primera no reconoció al amor de su vida, quien yacía muerto, pero al acercarse y ver sus rosas, estalló en sollozos y cayó ya sin fuerzas.
Yolanda de León Castellanos, de 47 años de edad, recordó con un dejo de tristeza y mucho dolor, que hace dos años conoció a quien fue el gran amor de su vida.
Se trata del ahora occiso José Eduardo Morales Bautista, quien contaba con 39 años de edad y a quien hace 15 años lo “pescó” la migra y lo deportó.
Dijo que cuando sus miradas se cruzaron en aquel restaurante, sus corazones hicieron “click “y de inmediato empezaron a platicar y con el tiempo llegaron a salir hasta hacerse novios.
Después de una relación decidieron vivir juntos y se fueron a la colonia España, donde gozaban día con día de su inmenso amor.
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Este domingo, después de salir a pasear, ella se puso a hacer de cenar y él salió a la tienda para comprar hielo.
No sabe qué pasó, pero de pronto se escuchó un fuerte rechinar de neumáticos y una de las vecinas le dijo: “¡Ándele, ahí atropellaron a alguien vamos a ver quién es!“, por lo que la acompañó al lugar de la tragedia.
Nunca esperaba ver a su amado ahí tirado. Un vecino le dijo “ya lo reconoció”, y ella dijo tímidamente: “No” tras de asomarse. “Acérquese bien” le dijo la persona y ella se agachó un poco más y al tener de frente el rostro, estalló de inmediato en llanto, ya que se trataba de su amado.
En la segunda ocasión lo reconoció por la ropa, ya que su rostro cambió muchísimo al llegar la muerte.
De inmediato pidió a los ahí presentes que llamaran a los puestos de socorro y fue así como llamaron a los paramédicos de Protección Civil, quienes tras de auscultarlo lo dictaminaron sin vida.
Fue la tarde del lunes cuando Yolanda se presentó a reclamar el cuerpo de su amado.
Dijo que lo habían deportado de los Estados Unidos y había perdido todos sus papeles, por ello nunca se comunicó con sus familiares, quienes vivían en Ébano, San Luis Potosí.
Es por ello que no portaba ningún documento que permitiera su relación sentimental, por lo que agregó una foto cuando la vida les sonreía y además uno de los amigos de ambos atestiguó a su favor y fue así como le entregaron el cuerpo sin vida de su amado, quien murió queriéndola.
EN VIDA. Esta fotografía da fe de la romántica historia de amor que terminara en tragedia, tras del mortal atropellamiento.