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Mueve fe a matachines. Preparan por meses el ritual para acompañar procesiones

Culminan el 12 con veneración a Guadalupana

Son los matachines, que sin importar edad y lo que tengan que caminar o danzar como lo hacen, ellos andan por las calles de Matamoros acompañando a las peregrinaciones dándoles color a las mismas.

FERVOR. Pese a recorrer kilómetros, los matachines llegan danzando a la Iglesia.Mueve fe a matachines. Preparan por meses el ritual para acompañar procesiones

Nosotros hemos participado en peregrinaciones que salen de la playa Bagdad, es decir, recorren más de 40 kilómetros hasta llegar a la iglesia de Guadalupe*. Yaneth Ruiz, encargada de un grupo

Niños de 6 años o jóvenes de más de 20 años caminan y danzan a diario un sinnúmero de kilómetros, no importa si descalzos o con tenis, y lo que los mueve es la fe a la Virgen de Guadalupe. Se preparan desde febrero para llegado el 28 de noviembre ser contratados por los feligreses que llevan su peregrinación a la Virgen Morena, con el cierre de veneración el 12 de diciembre.

Son los matachines, que sin importar edad y lo que tengan que caminar o danzar como lo hacen, ellos andan por las calles de Matamoros acompañando a las peregrinaciones dándoles color a las mismas.

Yaneth Ruiz, encargada del grupo de matachines de la iglesia de San Antonio de Padua, aseguró que todos los años participan en estas fiestas; para ello se preparan con tiempo para poder danzar y bailar durante el peregrinar hasta llegar a la iglesia de Guadalupe.

“En mi agrupación tengo niños desde los 6 años hasta jóvenes de 23 años, todos ellos ensayan dos o tres veces por semana, cinco horas por día, esto para poder tener la condición física para aguantar estas caminatas”, dijo.

Explicó que es importante que quienes participen en estas agrupaciones, más allá de tener fe, es necesario contar con una condición física para poder aguantar los kilómetros que se recorren a diario.

“Nosotros hemos participado en peregrinaciones que salen de la playa Bagdad, es decir, recorren más de 40 kilómetros hasta llegar a la iglesia de Guadalupe, siempre caminando en unos momentos, pero la mayoría es bailando y danzando”, comentó.

En este caminar, los matachines se enfrentan a las carencias como la falta de buenos tenis o zapatos en su momento, las condiciones climatológicas, como es el agua, el frío, todo lo que esto implica.

“En ocasiones las personas no nos respetan pese a que nos ven que vamos en una peregrinación, esto aún y cuando llevamos a los pequeños al frente de estos contingentes”, indicó.

“Gracias a Dios no hemos sufrido ningún accidente, pero sí nos exponemos mucho a los accidentes”, agregó.

Añadió que incluso hay quienes también preparan algunas mandas que se cumplen con ciertos sacrificios, como es el caso de una pequeñita de apenas 10 años de edad quien danzó descalza hasta llegar a la iglesia de Guadalupe.

Así mismo añadió que ellos lo poco que consiguen al ser contratados, es utilizado para equiparse, ya que los trajes tienen un costo de 300 pesos, además de otras necesidades que tiene cada uno de los matachines.






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