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Mueren dos manifestantes en Myanmar en represión policial

Los manifestantes y residentes se vieron obligados a huir del vecindario en medio de la violencia, mientras las fuerzas de seguridad los perseguían

YANGÓN, Myanmar.

Mueren dos manifestantes en Myanmar en represión policial

Las muertes ocurrieron en Mandalay, la segunda ciudad más grande del país. Una de las víctimas recibió un disparo en la cabeza y murió en el lugar, según la organización Frontier Myanmar. Otro recibió un disparo en el pecho y murió de camino al hospital.

También se informó de otras lesiones graves. Los disparos ocurrieron cerca del muelle de Yadanabon, donde las fuerzas antidisturbios utilizaron más temprano gases lacrimógenos y balas de goma contra los manifestantes.

Las fuerzas de seguridad en Myanmar aumentaron la represión contra los manifestantes antigolpistas, utilizando cañones de agua, gases lacrimógenos, hondas y balas de goma contra los manifestantes y los trabajadores portuarios en huelga en Mandalay.

Al menos cinco personas resultaron heridas por balas de goma y tuvieron que ser trasladadas en ambulancias, según un periodista de Associated Press que presenció la violencia.

Unos 500 policías y soldados llegaron al área cercana al muelle de Yadanabon después de que los trabajadores portuarios se unieran al movimiento nacional de desobediencia civil, negándose a trabajar hasta que la junta militar que tomó el poder en un golpe de Estado el 1 de febrero reinstalara al gobierno democráticamente elegido.

Los manifestantes y residentes se vieron obligados a huir del vecindario en medio de la violencia, mientras las fuerzas de seguridad los perseguían.

También el sábado, los manifestantes antigolpistas en las dos ciudades más grandes de Myanmar rindieron homenaje a una joven que murió un día antes después de que la policía le disparara durante una manifestación.

Unos 1.000 manifestantes se reunieron ante un monumento de recuerdo improvisado debajo de una carretera elevada de Yangón. Entre las muestras de afecto había una corona de flores de color amarillo brillante colgada debajo de una fotografía de Mya Thwet Thwet Khine, que fue baleada el 9 de febrero en Naipyidó, la capital, dos días antes de cumplir 20 años.

Su muerte, anunciada el viernes por la familia, fue la primera confirmada entre los miles de manifestantes que se han enfrentado a las fuerzas de seguridad desde el alzamiento militar del 1 de febrero.

Los inconformes corearon lemas y mostraron carteles con las frases “Fin a la dictadura en Myanmar” y “Te recordarán Mya Thwet Thwet Khine”. Además, depositaron rosas y pétalos de rosa sobre imágenes de la mujer.

Un video del día en que fue baleada muestra cómo, mientras se protegía de los cañones de agua, se desploma de golpe en el piso luego de que una bala perforara el casco de motocicleta que llevaba. Estuvo ingresada en un hospital con soporte vital durante más de una semana y los médicos dijeron que no había posibilidad de recuperación.

En Mandalay, una protesta encabezada por estudiantes de medicina reunió a más de 1.000 personas, muchas de ellas con flores e imágenes de Mya Thwet Thwet Khine.

Otros portaban carteles con las letras “CDM” en referencia al movimiento nacional de desobediencia civil que ha animado a médicos, ingenieros y a otros a protestar contra la sublevación negándose a trabajar.

En Yangón los manifestantes corearon cánticos y mostraron pancartas y fotografías de la líder del país, la premio Novel de la Paz Aung San Suu Kyi, cuyo gobierno elegido democráticamente fue derrocado por los militares.

Imágenes aéreas tomadas el viernes mostraron pintadas en las calles de Yangón con las frases “La dictadura militar debe caer”, escrita en birmano, y “Queremos democracia” y “Liberen a nuestros líderes”, en inglés.

Hasta hace unos días, las fuerzas de seguridad se habían mostrado relativamente moderadas en su respuesta a los manifestantes en Yangón, pero parecían estar endureciendo su postura en zonas con menos cobertura mediática.

La junta detuvo a Suu Kyi, bloqueó las sesiones parlamentarias y tomó el poder alegando que las elecciones de noviembre estuvieron plagadas de irregularidades. El resultado de los comicios, en los que el partido de Suu Kyi ganó por una amplia mayoría, fue confirmado por la comisión electoral, que fue sustituida posteriormente por el ejército. El nuevo gobierno militar ha dicho que celebrará elecciones en un año.

Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá impusieron sanciones a los militares y, junto a otras naciones, pidieron que se restituya el ejecutivo liderado por Suu Kyi.

El golpe de Estado fue un importante revés en la transición de Myanmar a la democracia tras 50 años de gobierno militar. Suu Kyi llegó al poder tras la victoria de la Liga Nacional para la Democracia en unas elecciones en 2015, pero los generales mantuvieron bastante poder en base a la constitución promulgada durante el régimen militar.



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