Muere Don Rickles, rey de la comedia de insultos y voz de Sr. Potato de ‘Toy Story’
El humorista, fallecido a los 90 años, llevaba seis décadas en los escenarios y apareció en películas como 'Casino'
Don Rickles en una entrega de premios en 2012. CHRIS PIZZELLO CHRIS PIZZELLO/INVISION/AP
No hay nadie que dijera tantas burradas sobre el escenario como Don Rickles (Nueva York, 1926). Y, sin embargo, todos lo perdonaban. Era incluso un halago que los atacara.
Detrás de los insultos de este humorista amigo íntimo de Dean Martin o Frank Sinatra, siempre se escondía un grado de calidez. A una grosería sobre judíos, latinos, homosexuales o muertos, le seguía un halago.
El público sabía que la broma no iba a acabar bien, pero era casi un piropo recibir un improperio de quien atacó a Reagan, Jerry Lewis o Johnny Carson, desde las icónicas laringes rasgadas del Mr. Potato de la trilogía Toy Story.
Tras sesenta años subiéndose a las tables de EE UU para contar chistes, Rickles ha fallecido este martes a los 90 años en Los Ángeles por insuficiencia renal, según ha confirmado su publicista.
El cine y la televisión también dieron alguna oportunidad a este cómico. Martin Scorsese lo contrató para un pequeño papel de matón en Casino, protagonizó varias sitcom y ya en su vejez tuvo un romance con Betty White en la serie Póquer de Reinas (Hot in Cleveland).
Pero donde más cómodo se sintió siempre fue como invitado de programas de entrevistas, en su espectáculo de Las Vegas y, por supuesto, junto a Dean Martin, Orson Welles, Sammy Davis Jr. y sus amigos del Rat Pack en los roasts que insultaban a todo el que allí se presentara: "El Gobernador es el mejor político de todos los tiempo. Le digo: 'mi hermano a muerto'.
Y no hace más que reírse. Reagan es tonto", decía frente al actor metido a político antes de empezar a hacer un ridículo baile para distraerlo. Con 86 años, y frente a Shirley MacLaine, dispensó el mismo tratamiento a Obama: "No debería reírme de los negros. El Presidente es amigo íntimo. Vino a casa ayer, pero mi fregona estaba estropeada".
Para entonces, este improvisador nato de media sonrisa ya había aprendido a enfrentarse también a la corrección política ofendida de las redes sociales, desde donde lo criticaron por racista.
Su aspecto gruñón lo había convertido en rey de los insultos y la ofensa, una leyenda viva de un Hollywood que ya no existe, de mafias, bajos fondos y una banda tan elegante como el Rat Pack. Solo sus anécdotas con Sinatra, y sobre la cara más oscura del crooner que lo descubrió en un show, ya le dieron para décadas de historias. Entre sus cintas de aquella época: Torpedo (Robert Wise,1958), The Rat Race (Robert Mulligan, 1960), El hombre con rayos X en los ojos (Roger Corman, 1963) y como el Buscavidas en Los violentos de Kelly (1970, Brian G. Hutton). Pero entre el público internacional, y entre las nuevas generaciones, donde de verdad sería inmortalizado fue en Toy Story. Tras su muerte, se desconoce el estado de su participación en la cuarta entrega, ahora en preparación.
Rickles no dejaba títere con cabeza, ya fueran famosos o su propio público: "40 millones de judíos en este país, y tengo a cuatro nazis sentados a esperar la protesta", dice The New York Times que gritó al ver a varios alemanes en su espectáculo. Su estilo, maestro de humoristas, era inconfundible: nunca parecía querer estar ahí. En escena, tenía hasta su propia canción de apertura, una que parecía salida de una plaza de toros. Él, claro, era el toro. Aunque su agresividad era en realidad una pose. Cada vez que subía al escenario se transformaba, pero era su mote en Hollywood, usado en el documental de 2007 dirigido por John Landis, el que mejor lo describía. Para sus amigos era Mr Warmth, o señor amabilidad. Así lo demostró también su último mensaje en Twitter, el pasado marzo, en el que contó a sus seguidores que iba a celebrar junto a su esposa Bárbara su aniversario de boda número 52. Aunque no dejara hasta los 38 años la casa de su madre para casarse, su vida junto a su esposa fue de lo más próspera. En diciembre todavía seguía paseándose por los late-night (apareció como invitado de Jimmy Kimmel al lado de su amigo John Stamos) y celebró junto a Kirk Douglas su centenario.
