Monitorean rabia por mordedura…

Esto incluye inclusive el área de Tampico, Madero y Altamira, sobre todo en el área de malecón que es en donde ha habido agresiones por parte de mapaches*. Lauro Salazar Martínez, Salud Animal

Cd. Victoria, Tam.- Desde hace 34 años que no se registran casos de rabia por mordedura de animales domésticos en humanos, y desde el 2006 que no se presentan casos de rabia en mascotas, sin embargo el año pasado se registró un caso de rabia contagiada por mordedura de murciélago hematófago (vampiro) en el municipio de Soto la Marina, por lo cual la Secretaría de Salud de Tamaulipas lleva a cabo un programa de monitoreo de esta enfermedad.

Esto lo dijo el encargado de Despacho del Departamento de Salud Animal, Lauro Salazar Martínez, “en lo que va del año hemos tenido alrededor de 600 mordidos, esto incluye inclusive el área de Tampico, Madero y Altamira, sobre todo en el área de malecón que es en donde ha habido agresiones por parte de mapaches”.

La zona conurbada del sur del estado encabeza la estadística estatal ya que reúne el 40 por ciento de los casos con 240 mordeduras de posibles animales transmisores del virus que ataca al sistema nervioso central ocasionando la muerte en casi la totalidad de los casos; además de animales domésticos como perros y gatos el virus de la familia Rhabdoviridae puede ser transmitido por animales salvajes como el murciélago hematófago (vampiro), mapache, zorro, zorrillo, coyote, gato montés, y puma.

En estos casos, o en casos de animales domésticos no localizables, el paciente es puesto bajo observación donde le son suministradas vacunas y retrovirales para descartar la aparición de la enfermedad, cabe mencionar que la única muerte por esta causa de que se tiene registro en los últimos años sucedió en el municipio de Soto la Marina debido a que el paciente no se atendió a tiempo tras sufrir una mordedura de murciélago.

En el caso de Tampico, Salazar Martínez recomendó especial ciudadano con los menores de edad quienes al tratar de alimentar a los mapaches que se encuentran en las escolleras suelen sufrir rasguños o mordeduras de estos animales al tratar de defenderse por instinto debido a su propio estado salvaje, “y la agresión de un animal silvestre es motivo de vacunación de la persona”.