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Merkel y Macron quieren reformar la zona euro

La propuesta francoalemana para unos presupuestos de la eurozona crea reticencias entre los nórdicos

A punto de sellar un acuerdo para la salida de Reino Unido de la UE, Francia y Alemania han decidido dar un nuevo impulso a la reforma del euro con un presupuesto para los países de la moneda única que eche a andar en 2021. La propuesta, presentada este lunes al resto de países, dotaría por fin al euro de un instrumento para absorber los shocks económicos. Las aspiraciones de París y Berlín, que la semana pasada abogaron por avanzar en el ámbito de la defensa, deberán pasar por el largo recorrido que requiere la unanimidad. Holanda, que lidera a los defensores de la disciplina fiscal, ya mostró sus reservas a la propuesta.

Merkel y Macron quieren reformar la zona euro

Europa tiene por delante unos meses en los que deberá dar respuesta a varios desafíos. Esta misma semana tendrá sobre la mesa las carpetas de la salida de Reino Unido y la crisis italiana. A medio plazo, las grandes familias deben unas elecciones europeas para las que los movimientos populistas llevan tiempo preparando el terreno. Y todo ello cuando las relaciones a lado y lado del Atlántico vuelven a enturbiarse tras las últimas andanadas de Donald Trump contra Macron, el líder europeo del que se sentía más cercano.

Alemania y Francia han decidido pisar el acelerador y dar un nuevo empujón al proyecto de integración ante el Consejo Europeo de diciembre. “No podemos ir a los comicios de mayo con las manos vacías. Los populistas se nos comerían”, resumieron fuentes comunitarias, que destacaron el salto adelante que supone la propuesta que los ministros francés, Bruno Le Maire, y alemán, Olaf Scholz, llevaron al Eurogrupo. “El eje francoalemán está más vivo que nunca”, agregaron fuentes diplomáticas alemanas.

“Hace un año no podíamos ni usar la palabra presupuesto y ahora hay una propuesta francoalemana. Esto es para nosotros un avance político importante”, sostuvo Le Maire en una comparecencia conjunta con Scholz tras la reunión. Hasta hace poco más de un año, de hecho, al frente de la cartera alemana de Finanzas estaba Wolfgang Schäuble, quien desde el principio consideró que ese proyecto no era “realista”.

Y sacarlo adelante no será fácil. Francia y Alemania tienen por delante un tortuoso camino hasta lograr la unanimidad en el que se toparán con la oposición de los halcones del norte. Sin embargo, pone de nuevo en la agenda las reformas para un euro que sigue cojeando y que, entre otras cosas, necesita completar la Unión Bancaria y mecanismos estabilizadores que eviten que la próxima crisis se lo lleve por delante. Y este es uno de ellos.

El documento que presentaron Le Maire y Scholz ancla esas cuentas para los países de la moneda única en el Presupuesto comunitario. En la práctica, se trata de un gran fondo con aportaciones de los países para actividades que favorezcan el crecimiento, desarrollo, innovación y capital humano. Esos recursos perseguirían la convergencia y la competitividad de los países de la zona euro. Pero también estabilizar las economías en tiempos de crisis, que o bien incurren en elevados déficits por el aumento de la inversión o bien afrontan abultados tijeretazos en áreas clave.

Resistencia de Holanda

La propuesta recibió el apoyo inmediato de España. La ministra de Economía, Nadia Calviño, fue más allá y puso de nuevo sobre la mesa la segunda pata de ese presupuesto, que también recoge la Declaración de Meseberg pero que suscita discrepancias en el seno de la CDU: un seguro de desempleo. “A lo largo de estos meses hemos estado trabajando con Francia, Alemania y otros países en esta idea concreta. Se ha mencionado por parte de Francia, yo lo he desarrollado y otros países lo han apoyado”, explicó Calviño tras el Eurogrupo.

En un guiño a los países de la llamada Nueva liga hanseática —liderada por Holanda y formada por los estados nórdicos y bálticos—, el texto condiciona el acceso a los fondos al cumplimiento de las reglas fiscales. El ministro de Finanzas de Países Bajos, Wopke Hoekstra, aplaudió que el presupuesto esté dentro de las cuentas comunitarias y vinculado a reformas. Sin embargo, tildó su “necesidad” de “menos que convicente”. “Lo estudiaremos, pero no estamos convencidos de qué va a solucionar. Hay muchos vehículos de inversión en el Presupuesto. ¿Este qué aporta?”, zanjaron fuentes diplomáticas holandesas.




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