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Me dispararon por la espalda

Denuncia agricultor herido por la GN en Chihuahua

Me dispararon por la espalda

El agricultor Jaime Torres confirmó que efectivos de la Guardia Nacional (GN) dispararon contra él y su esposa, Jéssica Silva Zamarripa, cuando regresaban a su casa después de participar en la toma de la presa La Boquilla, en el municipio de San Francisco de Conchos, para impedir que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) siga extrayendo el líquido.

Con las cuerdas vocales dañadas y la parte izquierda inmóvil, Jaime Torres, cuya esposa perdió la vida en el incidente, pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador retirar a los elementos de la GN y que se informe bien sobre lo que sucede en la región con los agricultores.

“Estoy yendo a terapias todos los días a Chihuahua, me van a hacer una operación más adelante, conforme evolucione”, dijo a la prensa local desde su casa, en la comunidad Lázaro Cárdenas del municipio de Meoqui.

“No los provoqué (...) dispararon de pura espalda (...) todo fue muy rápido (...)”, respondió a una y otra pregunta de los medios de comunicación.

Jaime Torres estuvo acompañado por sus tres hijos y detalló ante los medios lo que sucedió el pasado martes 8.

La versión de la Guardia Nacional, según su titular, Luis Rodríguez Bucio, es que los agricultores se atravesaron cuando los agentes perseguían a otras personas que supuestamente tomaron granadas y armas del personal de la corporación cuando protestaban en La Boquilla. Fueron tres los detenidos. 

En la conferencia mañanera del pasado viernes 18, en Palacio Nacional, el funcionario manifestó que los agricultores amenazaron a los elementos de la GN con lanzarles las granadas y que otros agricultores les cerraron el paso.

Sin embargo, Jaime Torres negó que ellos se hubieran atravesado o provocado a los agentes. 

“Nosotros veníamos en caravana de Boquilla. Todos nosotros, o sea los agricultores. Todos los agricultores traíamos una leyenda de ‘Sin agua no hay vida’. Cuando veníamos llegando a Delicias, pasó un carro, un carro chico con la leyenda ‘Sin agua no hay vida’ y lo iban custodiando dos camiones de la Guardia Nacional. El carrito bajó a una intercepción y nosotros lo seguíamos para ver qué estaba pasando, para brindarle ayuda, porque llevaba la leyenda de nosotros, cuando empezaron a disparar. Todos veníamos”.

De acuerdo con la víctima, les dispararon por atrás y ya no supo más. No escuchó disparos, sólo sintió caliente su hombro izquierdo e imagina que sí hubo muchos testigos, porque fue en una gasolinera donde ocurrió todo. 

“Los compañeros iban cerca, atrás de nosotros. Es que yo me bajé y pues dispararon, ya no pude nada más (...) Nosotros no traíamos armas. Yo no escuché nada, yo sólo escuché los disparos que me dieron a mí. Yo nomás sentí mi cuerpo caliente de aquí (el hombro), fue todo lo que escuché”.



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