Mariano Reséndez Garza, historia y folclor del contrabando reynosense del siglo XIX
(Última parte de cuatro)
Reynosa, Tam.- Dentro de la red del contrabando en la región no solo se involucraba a las gavillas y a los empleados que las combatían; participaban también otras autoridades locales, comerciantes y la población que consumían los productos. En 1889, desde Chihuahua, el General Eulalio Vela le explicaba al General Bernardo Reyes sobre el entretejido del contrabando, especialmente en Reynosa y Matamoros. Vela fue el principal informante en el noreste de México de los Generales Porfirio Díaz y Reyes.
El General Vela le revelaba al General Reyes cómo el Coronel Nieves Hernández había conseguido a través del General Pedro Martínez (tal vez sin su conocimiento), situarse en la plaza de Reynosa; estando Nieves de acuerdo con los bandidos y contrabandistas. El General Vela le había hecho ver esto con anterioridad a la Secretaría de Guerra y al propio Presidente Díaz, en especial su relación con Mariano Reséndez. Este lugar era el “más a propósito para sus miras particulares, protegiendo así el contrabando”.
Obviamente existía acritud en la relación entre el gobernador de Tamaulipas y la gente de Porfirio Díaz en el noreste de México. El informante, General Eulalio Vela, decía que entre los comerciantes relacionados con Nieves estaba el propio alcalde de Reynosa, Florencio Domínguez, y Dionisio Villarreal, dueño del rancho Buenavista cerca de Matamoros. En ese rancho tenía Nieves sus bienes de campo.
Más de la sección
En Reynosa, Nieves Hernández incorporó al personal que vigilaba la margen derecha del río Bravo; el General Vela mencionaba que entre la gente de apoyo de Nieves tenía al bandido Francisco de León, al Teniente Tomás Reyes, quien desertó de las tropas en Matamoros, a Pablo Luna y al Teniente Coronel Víctor Piña, acusados ambos de homicidio.
Informaba que, en Matamoros, Isaac Siller de la Fuente estaba ligado a Bernardo Hurria, quien estuvo detenido en Matamoros por vender cueros de reses robadas. Siller protegía a bandidos con el apoyo del Lic. Crispín Mainero, quien arreglaba todos los negocios a su satisfacción en Ciudad Victoria con su tío, el Presidente del Tribunal, Guadalupe Mainero.
Otro personaje mencionado solo por su apellido era Petipain, quien estaba relacionado con el Jefe de Hacienda en Matamoros, Farías Fuentes Pains; el hermano de éste, el General Baltazar Fuentes Pains, residía del lado de Texas en el punto nombrado Santa María, frente a los ranchos la Palma y la Palmita (los límites entre las jurisdicciones de Reynosa y Matamoros). Ahí mantenían una gran existencia de mercancías para facilitar el contrabando. Actualmente, la comunidad de Santa María se encuentra por la carretera Militar en el Condado Cameron en el sur de Texas.
El ciudadano Tomás Villarreal evidenció los negocios de Siller de contrabando relacionados con el Sr. Petipain, por lo que Isaac Siller utilizó al Juez de Distrito para contrarrestar las acusaciones de Villarreal.
Por esos años se presentó otro caso parecido, en donde Severo Castillo y su hermano fueron asesinados en noviembre de 1891, por un tal Juan Reséndez, quien había sido de la gavilla del bandolero Mauricio Cruz. En ese entonces pertenecía a las tropas del Teniente Coronel Alejo Sánchez, quien a su vez estaba bajo el mando de Nieves Hernández. Severo Castillo era el dueño de un rancho entre el río Bravo y el Charco Escondido, donde él había matado a un bandolero varios años antes, cuando le habían atacado en su rancho. Este era informante del General Eulalio Vela, contrario al Coronel Hernández.
El viacrucis de Mariano Reséndez
Aunque documentalmente no se conoce con certeza sobre la ruta, la tradición cuenta que Mariano Reséndez Garza fue llevado a Matamoros después de su captura el 23 de noviembre de 1887, como lo cuentan los versos de su corrido:
“El carro ond´iba Mariano
iba rodeado de lanzas;
decía Mariano Reséndez:
- No pierdo las esperanzas.
A la heroica Matamoros,
para allá lo condujeron,
no le valieron influencias
ni dinero que ofrecieron”.
El 26 de noviembre de 1887, tres días después de su captura, Bernardo Reyes comentó al Secretario Particular de Díaz, Rafael Chousal, sobre la preocupación de los comerciantes de Matamoros por Mariano Reséndez. Los comerciantes de Matamoros mostraban interés por el contrabandista más temible de la frontera. Decía Reyes: “nos ha matado algunos gendarmes fiscales, soldados y también llegando a matar a un paisano porque supo le había denunciado un cargamento”.
El 28 de noviembre de 1887, Luis Chousal (quien sustituía a su hermano Rafael en México) le comentaba al General Bernardo Reyes que lo mejor sería juzgar a Reséndez por el asesinato de un paisano; le decía que se buscase a alguien inteligente “que lo haga bien y con el menor ruido posible”.
La tradición popular considera que la aprehensión de Mariano fue hecha por el Coronel Nieves Hernández, como lo dice uno de los treinta y ocho versos del corrido (recolectado por el antropólogo folclorista Américo Paredes):
Año de mil novecientos
dejó recuerdos muy grandes,
a don Mariano Reséndez
lo aprehendió Nieves Hernández.
En realidad, los hechos de esta historia habían sucedido trece años antes del año 1900, en noviembre de 1887; según los documentos de la época la captura fue planeada por Chousal, Díaz, Reyes y llevada a cabo por el General Eulalio Vela. El Coronel Nieves Hernández fue el intermediario para la aprehensión.
En agosto 13 de 1887, meses antes de la captura de Mariano, el pueblo de Reynosa pedía que la vía de ferrocarril se ampliara hacia Monterrey, pues en ese entonces cubría nada más desde Matamoros hasta San Miguel (de las Cuevas) en lo que es hoy la ciudad de Díaz Ordaz. Para las festividades de la Independencia Nacional, el Coronel Nieves Hernández fue nombrado como vicepresidente de la Junta Patriótica que organizaba el festejo de ese 16 de septiembre. El 1º de octubre, el Coronel denunciaba un solar dentro de la villa, según las Actas de Cabildo en el Archivo Histórico de Reynosa. Él ya era parte de la sociedad de Reynosa.
La muerte de Mariano Reséndez
Según el corrido, Mariano Reséndez fue muerto al ser entregado a las fuerzas de Nuevo León:
“Las fuerzas de Tamaulipas
a Nuevo León lo entregaron
luego que lo recibieron,
en el acto lo mataron.
Porque le tenían miedo,
que recibiera algún cargo,
lo mataron entre medio
de Agualeguas y Cerralvo”.
Un poco antes del fallecimiento del segundo Cronista Municipal, César Humberto Isassi Cantú, donó un acervo documental al Archivo Histórico de Reynosa, en donde se incluía una antigua copia térmica, casi invisible, de la esquela del fallecimiento de don Mariano Reséndez. Esta decía lo siguiente:
AYER
A las 5 de la tarde falleció el señor
MARIANO RESÉNDEZ
S.L.T.L.
Su inconsolable esposa, hermanos, padres políticos y demás parientes del finado, al participar a V. tan triste suceso, le suplican eleven al creador, por el descanso de su alma, las frases que le dicte su piedad; y que concurra a la inhumación del cadáver que tendrá lugar hoy a las 11 A.M. en el cementerio de esta villa.
Agualeguas, Noviembre 30 de 1877.
Otro documento que nos revela el final trágico de Mariano es el acta de defunción levantada el 30 de noviembre de 1887 en el Registro Civil de Agualeguas, Nuevo León. Fue el capitán 2º del 12º Regimiento, Raymundo Vargas Huerta, residente de Monterrey, quien proporcionó los datos sobre la muerte de Mariano. Por otros documentos, sabemos que este personaje era un partidario incondicional del General Bernardo Reyes, quien lo enviaba a recoger presos en todo el Estado de Nuevo León y los Estados circunvecinos.
Raymundo Vargas dijo que el día 29 a las 5 de la tarde había fallecido Mariano Reséndez Garza de heridas ocasionadas de balazos, en el camino que conduce de la Hacienda de San Javier a Agualeguas. Esto fue redactado por el encargado del Registro Civil en Agualeguas, Francisco Ayala, y ratificado por los testigos Gorgonio Chapa y Jesús García, residentes de esa vecindad.
Al momento de su muerte, Mariano tenía 27 años de edad, se mencionó que era hijo legítimo de los finados Mariano Reséndez Vera y María Nazaria Garza Villarreal, vecinos del Charco Escondido en la jurisdicción de (Reynosa) Tamaulipas. Las tumbas de la madre y el padre de Mariano son parte del recorrido obligado cuando algún paseante visita el panteón en el Charco; sus fallecimientos están inscritos como el 12 de diciembre de 1882 y 21 de octubre de 1885, respectivamente. No falta un despistado aludiendo erróneamente que el Mariano en esa tumba sea el del corrido.
El acta de defunción nos hace pensar que la gente del General Eulalio Vela o posiblemente del mismo Coronel Nieves Hernández, hayan trasladado al contrabandista a lo largo del río Bravo desde Matamoros hasta Mier. En esa época existían tres formas de transportarse por la ribereña: navegando por el río Bravo en barco de vapor, abordando el tren desde Matamoros hasta San Miguel de las Cuevas (hoy Díaz Ordaz), o viajando todo el trayecto por tierra.
El personaje fue entregado por las tropas de Tamaulipas en los límites de los municipios de Mier, Tamaulipas y General Treviño, Nuevo León. Los enviados del General Reyes siguieron con él hacia el suroeste por uno de los afluentes del río Álamo hasta la Hacienda San Javier, inmediata al noreste del poblado General Treviño. Desde ahí las fuerzas de Nuevo León se encaminaron hacia el poniente tomando el camino a Agualeguas, donde sería ejecutado en el trayecto seis días después de su captura en el Charco Escondido (actual Congregación Garza); probablemente le dieron la ley fuga como lo marcaba la costumbre en esa época del porfiriato.
Es obvio que el prisionero no pasó por Cerralvo, los hechos ocurrieron hacia el noreste de ese lugar entre la Hacienda de San Javier y Agualeguas. El Coronel Nieves Hernández, quien como Judas había entregado a Mariano al bando del General Díaz, sería aprehendido en Reynosa seis años más tarde para ser llevado ante un Consejo de Guerra. Su sentencia de muerte sería permutada por varios años en prisión, pero esos hechos serán contados en otra ocasión.
“Ya con ésta me despido,
cortando una flor de mayo,
aquí se acaban cantando los versos de don Mariano”.
Esquela del fallecimiento de Mariano Reséndez, AMR.
Acta de defunción de Mariano Reséndez Garza, en los libros del Registro Civil de Agualeguas, N.L.