Malasia y Singapur reabrirán parcialmente sus fronteras
Malasia y Singapur reabrirán parcialmente sus fronteras la semana que viene para ciudadanos vacunados y otras personas, tras casi dos años de cierre por una pandemia que dejó a muchos malasios que trabajan en la cercana ciudad estado alejados de sus familias
KUALA LUMPUR, Malasia
Los viajeros que crucen el Puente Causeway que conecta la isla de Singapur con la Península de Malasia deben ser ciudadanos, residentes permanentes o tener permisos de largo plazo, según los comunicados separados publicados por los líderes de sendos gobiernos. En la primera fase, el número de viajeros que crucen la frontera terrestre se limitará a 2.880 al día, que tendrán que viajar en servicios de autobús designados, señalaron.
El Puente Causeway era una de las fronteras terrestres más transitadas del mundo antes de la pandemia.
La reapertura parcial dará prioridad a los trabajadores en ambos países que no han podido visitar a sus familias desde el cierre en marzo de 2020, indicó el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong.
La decisión será “un gran paso hacia reconectar nuestros pueblos y economías”, añadió. Más tarde se añadirá una segunda vía terrestre.
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Los límites en los cruces por tierra se relajarán de forma progresiva para incluir a viajeros en general y otros modos de transporte aparte de los servicios de autobús, indicaron los comunicados.
Salvo por los niños de dos años o menos, los viajeros deben dar negativo en una prueba del virus dos días antes de entrar en Singapur y registrarse a través de internet antes de comprar los pasajes de bus. Los niños sin vacunar de 12 años o menos deben estar acompañados por padres o tutores vacunados, indicaron los gobiernos.
Más del 95% de la población adulta de los dos países ha completado su vacunación, lo que ha permitido abrir la frontera “de una forma gradual, segura, sistemática y sostenible”, dijo el primer ministro malayo, Ismail Sabri Yaakob.
Más de 35.000 personas cruzaban a diario el Causeway hasta que cerró. La mayoría eran malasios que trabajaban en Singapur debido a una tasa de cambio favorable. Las autoridades estimaban que más de 100.000 malasios se quedaron atrapados en la isla estado cuando cerró la frontera.