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Los mensajes sobre el general, gobernadores del PRI... y Osorio

Durante una plática sostenida momentos antes, otro mafioso le dijo que su Padrino era, en realidad, un militar ‘retirado’

Ciudad de México.

Los mensajes sobre el general, gobernadores del PRI... y Osorio

El 24 de octubre de 2016 una duda penetró la mente del capo Juan Francisco Patrón Sánchez, conocido como H2. El delincuente le dio vueltas hasta tener dolores de cabeza; y de la incertidumbre le nacieron las ganas de venir “matando gente”.

El hombre estaba convencido que, desde finales del año anterior, pagaba regularmente sobornos millonarios al general Salvador Cienfuegos Zepeda, entonces titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). A cambio, recibía protección de quien identificaba como el Padrino de su grupo criminal, organización que nació de la escisión del Cártel de los hermanos Beltrán Leyva, que en aquel entonces operaba con impunidad en Nayarit.

Sin embargo, durante una plática sostenida momentos antes, otro mafioso le dijo que su Padrino era, en realidad, un militar “retirado” y solamente un “amigo del secretario de la Defensa”, pero no el propio Cienfuegos.

El hombre agarró su celular y escribió a su sobrino Daniel Silva Gárate.

“Oiga, las veces que ha ido a México, ¿Ha visto al padrino que sale en la TV u otro señor?”, le preguntó.

En diciembre de 2015 Silva Gárate había viajado a la Ciudad de México para pactar acuerdos de protección con el Padrino, al que no identificó por su nombre. En una casa de las Lomas de Chapultepec tuvo una plática con el general yucateco Virgilio Daniel Méndez Bazán, a quien señaló como “el segundo del Padrino”. Méndez fue diputado del PRI y subsecretario de la Defensa de Cienfuegos durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.

“No a ese señor, ¿Por qué? Al mismo señor. No el otro. ¿Por qué?”, preguntó el sobrino a su tío…

En el largo intercambio de mensajes que continuó, el enojo en el H2 creció ante la incapacidad de Silva Gárate de decir si Cienfuegos era, o no, el Padrino, pues se refería a él sólo como “el hombre”, “el amigo”, o “ese señor que se pone como tomate colorado cuando se enoja”.

“Pues Cienfuegos, ¿No? ¿Cómo va a estar retirado? Si es el secretario de la Defensa”, explotó el H2, y abundó: “Pues usted es el único que me puede decir si vio a Cienfuegos y al tío (…) Voy a investigar, tengo una persona que me ayudará; siendo el Padrino el que pensamos que vio usted, la cosa está bien. Pero si no, está mal la cosa”.

La plática se alargó sin determinar quién era el Padrino, hasta que el patrón se relajó y soltó: “Lo que si veo es que estamos protegidos, mas no sé si por Cienfuegos. Y me metieron esta duda estas personas (...) esta vez me dieron muchos detalles, de un general retirado o algo así, que es nuestro Padrino, y él tiene línea con Cienfuegos. Espero que todo nos salga bien”.

Agregó que, de todas maneras en Nayarit “tenemos asegurado al gobierno que viene en camino, sean quien sea que gane”; ello en pleno gobierno del priista Roberto Sandoval Castañeda.

Esta plática se encuentra en las 751 cuartillas del expediente que el gobierno de Estados Unidos envió el 29 de octubre último a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) que, a su vez, remitió el 2 de noviembre pasado a la Fiscalía General de la República (FGR) para que el gobierno mexicano investigue al general en retiro.

El nombre del polémico militar aparece varias veces en el expediente estadunidense –con faltas de ortografía, en algunas ocasiones–, y hace referencia de otros altos funcionarios del gabinete de Peña Nieto, así como de los entonces gobernadores priistas Eruviel Ávila Villegas (Estado de México) y Quirino Ordaz Coppel (Sinaloa).

EXHIBEN OPERACIÓN

Los documentos exhiben, desde sus entrañas, la operación y la expansión de un grupo criminal, así como sus vínculos con la política y la cúpula militar.

Si bien el informe comprueba que el H2 sí contó con ayuda de las más altas esferas en la Sedena, varios elementos de la institución cuestionan que el general Cienfuegos sea realmente el Padrino de la organización criminal y, por ello, dudan de la versión de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés). Uno de estos elementos tiene que ver con el que la esposa del Padrino era presuntamente hermana del gobernador sinaloense Ordaz, lo cual no es el caso de Cienfuegos.

El expediente forma parte de las evidencias que reunió la DEA en el caso que armó para imputar a Cienfuegos por narcotráfico y lavado de dinero y traerlo ante la justicia.

El militar no llegó al juicio gracias a la intervención inédita del gobierno mexicano, que logró que la fiscalía estadunidense abandonara los cargos para traerlo de regreso a México.

Después de una revisión del expediente y de convocar a Cienfuegos para que ofreciera su versión de los hechos, la FGR determinó el jueves 14 el no ejercicio de la acción penal contra el militar, pues sostuvo que no existían elementos que probaran los hechos contra el general; al día siguiente el presidente Andrés Manuel López Obrador respaldó la decisión de la fiscalía y acusó a la DEA de haber “fabricado” el caso contra el general en retiro.



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