Los Ángeles del Desierto
Decenas perecen por diversas causas en su intento de evadir el puesto de inspección de Falfurrias
Por las heladas llanuras de Falfurrias, siguiendo una angosta huella que han dibujado por años miles de inmigrantes indocumentados en su viaje hacia la promesa de una vida mejor, va Rafael Hernández o como muchos lo llaman, el ángel del desierto.
Rafael, es el fundador de un grupo de rescatistas de indocumentados conocido como Ángeles del Desierto con base en San Diego, California.
Los Ángeles del Desierto, está integrado por personas que se unieron para rescatar indocumentados de las inclemencias del clima y de los peligros del camino al cual se aventuran.
Hernández, de 59 años de edad, cuenta con cierto pesar que su trabajo lo ha llevado por la variada geografía de la inmensa frontera que comparten México y Estados Unidos, en su intento obstinado por salvar vidas.
"En la mayoría de los casos, nos encontramos con la muerte", comenta Rafael.
En Falfurrias, no se les permitió volar con un pequeño aeroplano que les permitiría tener mejor visión del territorio, pero esta situación no afectó el objetivo.
La marcha que emprenden los rescatistas es sinuosa y a lo largo de ésta se pueden ver decenas de contenedores de agua vacíos y ropa tirada, señal muda, advierte Rafael, de que a unos metros nos encontraremos con lo temido, el cuerpo de un indocumentado, al verlo, Hernández sólo camina unos pasos, se arrodilla y reza.
Hernández comenta a EL MAÑANA que su organización pidió permiso a los propietarios de las rancherías de Falfurrias, comunidad localizada a 75.
6 millas de McAllen y donde se localiza el primer punto de revisión de la Patrulla Fronteriza- para que él y sus colaboradores puedan ingresar a los campos y en el caso de encontrar cuerpos, ofrecer una plegaria y erigir una pequeña cruz pero la autorización fue negada, sólo un propietario accedió.
"Los agentes de la Border Patrol me advirtieron de que me abstenga de ingresar a esos campos ya que son propiedad privada y se nos ha negado el ingreso, yo contesté que eso no puedo prometerlo".
"Como podemos rescatar personas si nadie las busca en esos campos", se pregunta Rafael indignado.
Desde 2011 las detenciones de indocumentados no mexicanos se ha elevado en un 360 por ciento, la mayoría de estos provienen de países centroamericanos donde la violencia y terror que imponen sangrientas pandillas ha obligado a miles a que abandonen sus países de origen.
Presnall Cage, es el único agropecuario que autorizó el ingreso de los llamados ángeles pero no quiere que su imagen se haga pública, las razones son más que justificables.
"¡Acabo de ver un jovencito de Guatemala! exclama Cage, estaba muy asustado pero le apunté hacia la dirección que debía tomar para estar seguro, me sonrió y desapareció entre unos arbustos", comenta Cage.
Cage ha instalado llaves de agua fresca a través de toda su propiedad al lado de éstas siempre dispone un barril de fácil identificación de color azulado; su rancho se encuentra exactamente al borde del puesto de control de Falfurrias.
Cage comenta que en la última década sólo en su parcela ha encontrado más de 100 cuerpos de infortunados inmigrantes indocumentados.
"En el caluroso verano 2013 pude encontrar 16" , suspira.
Una vez que cruzan esta zona son recogidos por vehículos que los transportan peligrosamente, parece que no supieran que lo que transportan son personas, comenta Cage.
El Condado Brooks ha tenido problemas para asimilar la oleada de indocumentados, en esa jurisdicción se han reportado sólo en 2013 129 cadáveres encontrados, sólo 90 han podido ser identificados.
En 2014 las autoridades locales se comprometieron a enviar muestras de una osamenta de restos humanos para que por medio de estudios de ADN que se efectuan en Laredo, se determine identidad o pistas que puedan dar cierto alivio a quienes no saben nada de la suerte de sus seres queridos.
La información va a ser transferida a una base de datos que será puesta en funcionamiento y la cual posibilitará su acceso desde cualquier parte del mundo.
Más adelante, otro cuerpo, esta vez el de una joven salvadoreña que tiene sus datos escritos en un papel encontrado en un bolsillo, Hernández se arrodilla para rezar pero esta vez, no puede contener las lágrimas.
"Si la hubiéramos encontrado ayer, quizás no moría, murmura con voz quebrada y se repone tomando un radio donde informa a las autoridades sobre el hallazgo, hoy sábado los Ángeles del Desierto estarán camino a San Diego en la lucha por salvar vidas, allí también el encuentro con la crudeza de la muerte será inevitable.
