El periodismo está de luto; fallece Don Heriberto Deándar Martínez
En esta ciudad dejó de existir Don Heriberto Deándar Martínez, líder histórico de el periódico El Mañana de Reynosa, constructor de un legado periodístico familiar
Don Heriberto Deándar Martínez.
Heriberto Deándar Martínez, conocido cariñosamente como "Don Beto", falleció la tarde de este viernes a los 88 años, dejando un profundo vacío en el periodismo reynosense. Su familia confirmó que el destacado líder editorial partió de este mundo alrededor de las 17:00 horas.
Figura respetada tanto en el gremio periodístico como en la comunidad, Don Beto construyó una trayectoria sólida al frente del periódico El Mañana de Reynosa, medio que asumió tras el fallecimiento de su padre, don Heriberto Deándar Amador, fundador de esta casa editorial. Desde entonces, se dedicó a preservar el legado familiar y a fortalecer un periodismo comprometido con la región, consolidando a El Mañana como uno de los principales referentes informativos en la frontera norte.
A lo largo de su vida, Heriberto Deándar Martínez se distinguió por su visión editorial, su disciplina y su habilidad para forjar relaciones que contribuyeron a posicionar al periódico como un referente a nivel estatal. Bajo su liderazgo, el medio atravesó transformaciones y cambios, siempre con un objetivo claro: mantener a la ciudadanía informada y defender la libertad de expresión.
Familiares, amigos, colaboradores y figuras del ámbito periodístico y empresarial han comenzado a expresar sus condolencias, recordándolo como un hombre íntegro, firme en sus convicciones y generoso con quienes compartieron con él el camino profesional.
Heriberto Deándar Martínez deja un legado que perdurará tanto en las páginas del periodismo reynosense como en la memoria de quienes tuvieron la fortuna de conocer su labor incansable y su compromiso con la verdad.
Más allá de las páginas y las noticias, Don Beto deja un legado humano: un hombre que valoró la familia, la amistad y la comunidad, y que dedicó su vida a dar voz a Reynosa y a sus ciudadanos. Hoy, su memoria permanecerá viva en cada historia contada con compromiso, en cada noticia que sirva para informar con verdad y en los corazones de quienes lo conocieron y admiraron.

Don Heriberto Deándar Martínez dedicó su vida a la verdad deja un vacío imposible de llenar, pero su legado iluminará siempre a Reynosa.
DON BETO
Por Juan Gilberto Banda
Conocí a don HERIBERTO DEÁNDAR MARTÍNEZ en enero de 1970 cuando me abrió las puertas de EL MAÑANA de Reynosa para dar continuidad a mi naciente carrera periodística.
El jefe ARTURO CANTUALLA SOTO y JUAN RAMOS RODRÍGUEZ me presentaron con él y de inmediato me dijo: aquí tienes la oportunidad para abrirte paso por este difícil camino del periodismo, pero te pido que siempre informes con la verdad.
Recordé con ello el slogan de EL NORESTE, periódico en donde a los 17 años hice mis pininos como periodista, y que decía "La verdad os hará libres".
Don Beto y su hermano Orlando le dieron seguimiento a EL MAÑANA fundado por su padre, don HERIBERTO DEÁNDAR AMADOR, y ambos lo convirtieron "El Grande de Tamaulipas", en el periódico más importante de la entidad.
Recuerdo las convivencias de don Heriberto, principalmente los 21 de marzo de cada año, primero en San Ignacio, el rancho de la familias allá por Nuevo Laredo; luego, en El Ojito de Agua y después en "Las Minitas", así como las partidas de ajedrez en la redacción en las que participaban, además de don Heriberto, el jefe Cantualla, y ADÁN REYES GUERRERO.
Pero también recuerdo las batallas que encabezadas por don Beto enfrentamos contra quienes querían ver rendida a nuestra casa editora, o cuando EL MAÑANA salía en defensa de los trabajadores del volante, movimiento del que surgió el gremio de peseros.
En EL MAÑANA vendemos espacio, no criterio, les decía a quienes se molestaban por las críticas que hacíamos en las páginas y columnas de este gran diario.
Este pasado fin de semana nuestro muy estimado y guía en el periodismo sufrió un quebranto en su salud lo cual preocupó a sus familiares y a todo el personal de esta casa editora, así como de sus múltiples amigos y compadres.
En mi oración., siempre ruego a nuestro Dios: que se haga tu voluntad.
