Drama impactante de niños migrantes

En estos días en que las diferencias políticas y personales se dirimen a través de conferencias fastuosas y a modo de prensa, en donde se envían e intercambian mensajes cifrados, el recurso de invocar a los menores migrantes se esgrime como moneda de cambio. 

Ciertamente están presentes en los pensamientos de todos, los políticos recurren lo mismo para enfatizar y matizar sus acciones, son pues esos niños el ideal popularizado en el discurso, pero la realidad es que ellos están más distantes de las intenciones y voluntad que solo se lanza al aire y se recoge en un comunicado o una imagen oficial.

Se ha dicho que una imagen habla más que mil palabras por si sola. El pasado fin de semana. Una imagen recurrente en el Albergue de la Plaza “La República” pudo ser vista desde el exterior, sin la cotidianidad con que los menores la recrean diariamente desde hace un año y medio sin ser observados por intrusos que solo buscan el uso político y social.

Un grupo de chicos inició la mañana del sábado, aseándose desde el agua proveniente de un tinaco viejo y sucio que improvisado se haya en una acera de la plaza, a unos metros una pipa particular descargaba el vital líquido.

En el camión se lee una inscripción -es de una empresa particular-, no trae logos del Ayuntamiento ni de Comapa, tanto que han expresado ambos pesar por la condición de los migrantes.

Los menores se lavan la cara, limpian sus dientes, en la banqueta forman una línea horizontal. Aquí no hay sanitarios, no hay lavamanos, no hay comodidades, pese a los estruendosos alardes de “cuidarnos frente a la Pandemia”.

Aquí no se siguen chocantes reglas de estricta higiene, no hay regaderas, sin embargo, más que aseo, estos niños se yerguen orgullosos con dignidad frente a quienes escandalizados lo mismo recurren a las redes sociales para reprochar y reclamar más para avivar el debate de los migrantes, cuando hasta ahora ni un dedo han movido para darles las garantías y dignidad humana a que tienen derecho.

Desde octubre del año pasado, se ordenó por parte del gobierno municipal se les cortara el suministro eléctrico en la Plaza “La República”, los módulos sanitarios son costeados por particulares, lo mismo el agua potable y los alimentos que muchos de manera generosa comparten. Nada ha cambiado con la nueva administración municipal que igual “no los ve ni los oye”.

El propósito de retirarlos de enfrente de la puerta de acceso a los Estados Unidos de América, obedece más a razones de estética urbana y no humana. Aquí pesa más la preocupación de la imagen que se brinde a los de afuera que velar por los migrantes que son humanos. Aunque recurrentemente ese principio fundamental se olvida.

P.D. Tan preocupadas estuvieron las autoridades municipales que se les extraño durante el invierno, pero también fueron ampliamente recordados.

Apoyo incondicional de ciudadanos y empresas que ayudan, lejos de juzgar.