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Llama Cardenal a orar por Ciudad de México

Aborda en mensaje violenta jornada donde fue abatido un capo

En la homilía dominical, el cardenal Norberto Rivera Carrera pidió orar por la Ciudad de México, que se vio afectada por hechos de violencia tras el abatimiento de Felipe de Jesús Pérez Luna El Ojos, identificado como líder de cártel de Tláhuac, “para que se regenere el tejido social y podamos vivir en paz en nuestras calles”.

Llama Cardenal a orar por Ciudad de México

"Todos tenemos parte de ángel parte de demonio, como un doble yo, en continua lucha’’. *Norberto Rivera Carrera, Arzobispo de México

Ciudad de México

En la homilía dominical, el cardenal Norberto Rivera Carrera pidió orar por la Ciudad de México, que se vio afectada por hechos de violencia tras el abatimiento de Felipe de Jesús Pérez Luna El Ojos, identificado como líder de cártel de Tláhuac, “para que se regenere el tejido social y podamos vivir en paz en nuestras calles”.

En su discurso, el prelado dijo que las injusticias, las venganzas, guerras familiares o mundiales, el hambre, la tortura, la miseria, el subdesarrollo, la incultura, la inmoralidad y todas las lacras sociales que conviven con tanto bien que hay en el mundo “no son sino fruto del pecado, de nuestros pecados personales y comunitarios”.

Señaló que todos los seres humanos llevamos dentro a Caín y a Abel, “todos tenemos parte de ángel parte de demonio, como un doble yo, en continua lucha”. Sin embargo pidió reflexionar y no culpar a la libertad de las malas decisiones que se toman. “La libertad es el bien máximo que hemos recibido y que nos hace superiores a todos los demás seres de la creación. La tragedia está en que pudiendo usar bien de la libertad que se nos ha dado, con frecuencia abusamos de ella, la usamos mal y pecamos”.

El arzobispo primado de México señaló que no se trata de que el mundo se divida en buenos y malos, sino que todos “estamos heridos por el pecado, participando de las tinieblas y de la cizaña”, pero que también “todos podemos ser llamados y estamos destinados a convertirnos en luz”.

Aseguró que ante la realidad de la cizaña que permea en el mundo, también hay quienes se preguntan si ésta puede ser arrancada pero Jesús sigue contestando lo mismo “No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo”.





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