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Ligan a “El Chapo” con asesinos en Chicago

Testigo protegido del gobierno estadunidense habló de la conexión de Guzmán con los gemelos Pedro y Margarito Flores

Nueva York.- Tirso Martínez Sánchez, El Mecánico, El Futbolista o El Ingeniero, un extransportista y distribuidor de drogas del narcotráfico mexicano, relacionó a Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, con delincuentes a quienes se involucra en homicidios perpetrados en Chicago, Illinois.

Ligan a “El Chapo” con asesinos en Chicago

Testigo protegido del gobierno estadunidense desde el 19 de octubre de 2016, dos años después de que las autoridades mexicanas lo extraditaron a la Unión Americana, habló de la conexión de El Chapo Guzmán con los gemelos Pedro y Margarito Flores, involucrados en la venta de drogas y en asesinatos en Chicago.

En su testimonio ante el jurado y en respuesta a las preguntas del fiscal federal Michael Robotti, El Mecánico dijo que aproximadamente entre 2006 y 2007 se reunió en Guadalajara con “el hermano mayor de los gemelos” para intentar llegar a un acuerdo sobre envío de cocaína de México a Chicago.

“Me preguntó por proveedores de cocaína en Chicago. Dijo que ellos la vendían muy rápido y que en ese momento vendía drogas de Ismael El Mayo Zambada García, de El Chapo, de Vicente Carrillo Fuentes y de la organización de los hermanos Beltrán Leyva (Arturo, Héctor y Alfredo)”, indicó el distribuidor de drogas.

Contándose entre los capos importantes del Cártel de Sinaloa, aunque sin poder demostrarlo con evidencias, relató que a mediados y finales de 2001 se reunió en dos ocasiones con El Chapo Guzmán en una cabaña ubicada en “las montañas” entre la ciudad de Toluca, Estado de México, y la capital del país.

El testigo que llevó la fiscalía para incriminar a Guzmán Loera ante el juez Brian Cogan no dio más detalles de su encuentro con uno de los gemelos Flores, sin embargo, estos personajes que vivían en Guadalajara y se encargaban de distribuir drogas en Illinois para el Cártel de Sinaloa, son personajes importantes para el juicio del narcotraficante mexicano.

Como testigos protegidos de Estados Unidos, con su testimonio los hermanos Flores podrían ligar directamente a El Chapo en por lo menos un homicidio cometido a su nombre en la Unión Americana.

Entre sus múltiples evidencias de prueba para acusar al capo sinaloense de narcotráfico y lavado de dinero, la fiscalía cuenta con una grabación de una presunta conversación entre el acusado y los hermanos Flores.

El Mecánico, arrestado por las autoridades mexicanas el 2 de febrero de 2014 en León, Guanajuato, presumió su papel como integrante de alto nivel cuando los cárteles de Sinaloa y de Juárez trabajaban en comunión para el trasiego de drogas a Estados Unidos.

Más que presentarse como peón de El Chapo, el testigo protegido narró sus actividades de logística para enviar cocaína y mariguana a Estados Unidos bajo las órdenes directas de Vicente Carrillo Fuentes, jefe del Cártel de Ciudad Juárez.

El Futbolista –así apodado porque con la fortuna que amasó en el narcotráfico (unos 50 o 60 millones de dólares), dijo, fue dueño de equipos de futbol en Querétaro, Irapuato, Celaya y La Piedad, además de que le gustaba practicar el deporte– aseguró que él enviaba las drogas por camión y por tren, cargamentos de cocaína y mariguana a Los Ángeles, Chicago y Nueva York.

En términos concretos, abundó, su papel de distribuidor de drogas, presuntamente del Cártel de Sinaloa, era coordinado y supervisado por otros integrantes de esa organización delincuencial, como Alfredo Vázquez, uno de los incondicionales de El Chapo, así como por Eduardo González Quirarte, El Flaco, lugarteniente de Vicente Carrillo Fuentes, y por este capo del Cártel de Juárez que heredó el puesto tras la muerte de su hermano Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos.

Bajo el acuerdo que hizo como testigo protegido de Estados Unidos y para colaborar como testigo acusador en el juicio contra El Chapo y otros narcotraficantes, El Mecánico, quien se comprometió a pagar una multa de dos millones de dólares por sus “pecados” en el narco, espera clemencia de un juez para no ser sentenciado a cadena perpetua y que a cambio lo envíen diez años a la cárcel como máxima penalidad.

Este informante de Estados Unidos aderezó su testimonio con narraciones sobre la forma en que se gastaba el dinero que le pagaban los capos por transportar la droga, y subrayó que en Manhattan, Nueva York, gastaba un millón o más de dólares en diamantes y relojes, y que en los palenques en México perdió entre dos o tres millones de dólares en las apuestas de peleas de gallos.




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