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Las fosas y expedientes que Javier Duarte ocultó. Desaparecidos en Veracruz

Los familiares de desaparecidos han localizado aquí, en un año, 137 fosas, 274 cuerpos

Por Gloria Leticia  Díaz

Las fosas y expedientes que Javier Duarte ocultó. Desaparecidos en Veracruz

Veracruz

De baja estatura, moreno y curtido por el sol, Guadalupe Contreras Olea asume el papel de guía en el que se ha considerado el cementerio clandestino más grande de México, un predio en Colinas de Santa Fe, a 15 minutos de este puerto.

Es el 3 de agosto, primer aniversario del descubrimiento del lugar. A don Lupe lo sigue una veintena de mujeres encabezadas por Lucía Díaz Genao, del colectivo de familiares de desaparecidos El Solecito de Veracruz, peritos y agentes de División Científica de la Policía Federal que ha colaborado con la organización, además de los reporteros de Proceso.

Los familiares de desaparecidos han localizado aquí, en un año, 137 fosas, 274 cuerpos y un sinnúmero de restos óseos, aunque a partir de ellos sólo se ha identificado a 10 personas.

Mientras las mujeres oran y colocan flores en memoria de las personas ilegalmente inhumadas, don Lupe recomienda no romper los hilos de rafia que delimitan los sitios donde fueron localizadas las fosas ni alterar los señalamientos de otros probables entierros.

Nacido en Cocula hace 60 años, Contreras es padre de Antonio Iván Contreras Mata, desaparecido en octubre de 2012 en Guerrero. Forma parte del manojo de buscadores de cadáveres que dejó el colectivo Los Otros Desaparecidos de Iguala, que nació después de la sustracción forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014.

Separado de su familia por mil kilómetros, Contreras Olea llegó a Veracruz la madrugada del 2 de agosto de 2016 por invitación de las activistas de El Solecito, quienes buscan a unas 200 personas.

“El mayor gasto físico y económico ha sido de las señoras que me invitaron a colaborar. Yo sólo tenía pensado estar tres meses, así lo pensé cuando vi el croquis que les dieron a las señoras”, dice al recordar los volantes que de forma anónima se distribuyó a las activistas de El Solecito en la manifestación del 10 de mayo del año pasado.

Son fotocopias de una hoja tamaño carta con indicaciones para llegar al predio de Colinas de Santa Fe, marcado con cruces y con una leyenda escrita a mano: “Ahí encontrarán los cuerpos de todos los desaparecidos en Veracruz apoyados por el mp y gobierno de Duarte” (sic), hechos que el anónimo atribuía a “Quino del C.J.N.G.”.

Continúa don Lupe: “Según ese croquis, esas gentes tenían un sistema de enterrar cuerpos en las orillas del predio, pero empezamos a escarbar en el monte y empezamos a encontrar más. Hasta he pensado que usaron máquina y que debajo de esa loma hay más cuerpos porque, según la información que tuvieron las señoras, aquí hay 570”.

Lucía Díaz Genao, madre de Luis Guillermo Lagunes Díaz, secuestrado el 28 de junio de 2013 en el puerto de Veracruz y desaparecido desde entonces, admite que antes de recibir el anónimo su colectivo ya tenía antecedentes del uso que se dio al predio de Colinas de Santa Fe, porque en 2015, en una diligencia de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), se exhu¬maron cinco cadáveres “de los que hasta ahora no se conoce su identidad”.

DESENTERRAR A HIJOS Y HERMANOS

Durante los primeros días de búsqueda en Colinas de Santa Fe, la participación de las familias de El Solecito era copiosa, lo que permitió que abrieran en promedio entre ocho y 10 fosas al día. Ahora sólo cinco personas se dedican a escarbar la tierra en busca de restos humanos.

Una de ellas es Jannette O’Relling Carranza, hermana de Rommel, desaparecido en mayo de 2014 en la comunidad de Cantarranas, municipio de Paso de Ovejas. “Tengo que trabajar por la tarde en la limpieza de una carnicería para poder dedicarle tiempo a la búsqueda, porque en ningún trabajo te dan permiso para hacer diligencias”, apunta Jannette luego de informar que de las 10 personas identificadas a partir de los restos hallados en Colinas de Santa Fe, tres son familiares de integrantes de El Solecito.

En la exploración del predio también colabora Daniel Ameca Pereda, obrero calificado, cuyo amigo Roberto Carlos Casso Castro desapareció en diciembre de 2011 cuando transitaba la carretera Cardel-Tamarindo.

“No cualquiera hace este triste trabajo, no puedes poner un anuncio en el periódico que diga ‘se buscan personas para abrir fosas clandestinas’. Me dan un apoyo de 200 pesos diarios, pero más que nada estoy aquí por ser cercano a una persona desaparecida”, comenta Daniel. Revela que en un segundo proceso de exploración del terreno el colectivo logró recuperar 13 cuerpos junto a entierros clandestinos ya examinados.

En tanto se realiza el recorrido, personal de la Fiscalía General de Veracruz y de la dirección de Servicios Periciales permanece bajo una carpa para protegerse del sol y desde ahí suele atestiguar la búsqueda incansable del equipo de El Solecito.


Como cementerio clandestino

> Colinas de Santa Fe operó como cementerio clandestino por lo menos en los últimos siete años, desde el último de la administración de Fidel Herrera y todo el sexenio de Javier Duarte, indica en entrevista por separado, en sus oficinas de Xalapa, el fiscal especial en Atención de Denuncias por Personas Desaparecidas, Luis Eduardo Coronel Gamboa.

> Bajo la nueva administración del expriísta Miguel Ángel Yunes Linares, a Coronel Gamboa le ha tocado ir develando “la política de ocultamiento” de la administración de Duarte, actualmente procesado por enriquecimiento ilícito, peculado e incumplimiento del deber legal.

> “La anterior administración reportó al Cenapi (Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia) sólo 524 casos de desaparición. Al revisar la base de datos nos topamos con una cifra de 2 mil 493, pero al irnos a una revisión por carpeta de investigación, encontramos que la cifra se disparaba a 3 mil 600. Eso nos habla de que fue una política de Estado ocultar la cifra real de desapariciones”, sostiene el funcionario.

> Esta cifra, sin embargo, no se ve reflejada aún en los registros de la página oficial de la Fiscalía General de Veracruz, que incluye a 2 mil 75 hombres desparecidos y 879 mujeres en esa condición, un total de 2 mil 954 víctimas.




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